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La encrucijada

De nuevo Pedro Sánchez. Desde que sus militantes le han votado se siente único en el universo. Va a cambiar España. La va a volver como se vuelve un calcetín. Cuando tome el poder a España no la va a conocer ni la madre que le dio vida. Ha sacado setenta y cinco mil ochocientos noventa y ocho votos de sus leales militantes. Cuando consiguió el peor resultado de su partido le votaron en España cinco millones cuatrocientos veinte y cuatro mil setecientos nueve electores. En las próximas, no sabemos cuántos le van a votar. El motivo de su fracaso: su obsesión por derrocar del poder a quien lo ostente, y conquistarlo a cualquier precio. Repito: a cualquier precio. Nada del bien común, nada de crear empleo, nada de un programa educativo, nada de propuestas. Solo crear un frente progresista para quitar del poder a quien hoy, democráticamente, lo ejerce. Difícil camino el de Sr. Sánchez, y peor futuro para España si algún día ganara las elecciones, pues sin ganarlas ya es una preocupación.

El Sr. Sánchez y sus seguidores están enrocados en lo contrario de lo que necesita nuestra nación. Estigmatización. Exclusiones. Acoso. Nuestra sociedad necesita convivencia, concordia, y no crispación.

Se empecina, en la conmemoración de los cuarenta años de nuestra democracia, de seguir mejorando la democracia en memoria del 15-M y de sus abuelos. Nada de futuro. Todo del pasado. ¿De qué pasado? Será del que impuso mediante una estafa electoral un régimen de izquierda, que además de ser falso en su origen, gobernó tan mal que consiguió romper nuestra sociedad.

Se presenta el Sr. Sánchez como ariete para derrocar la voluntad de quienes ponen en el gobierno a quien sale ganador en las urnas. No le importa con quien pactar: si en el momento anterior trato de hacerlo con los sumandos que fueran necesarios, ahora lo volverá a intentar. No le importara que sean sumandos de perdedores. Lo que le importa es el poder. Es el fiel reflejo de nuestro sistema educativo: aunque no apruebe en las elecciones él titulará. Es su obsesión. Inventar una nueva forma de gobernar, habiendo perdido las elecciones.

Hemos de recordar que su principal socio, Podemos, en las elecciones del 26 de junio de 2016, lanzo el bulo, cuando no sacaron los votos que pensaban, de que se había producido un pucherazo electoral. Todo vale para sembrar la discordia social. Sobre todo lo de engañar al pueblo soberano. Ya en el pasado lo engañaron. Sembrar cizaña. De eso ellos saben. Prometen al ciudadano que vivirá sin trabajar. Esto se deduce porque de creación de empleo no han presentado ningún programa, pero en paredes de las calles si se puede leer lo de renta básica.

Cizaña social y discordia nacional: España nación de naciones. El panorama es preocupante.

Es necesario recordar a Otto von Bismarck y su famosa frase: "La nación más fuerte del mundo, es sin duda España. Siempre ha intento autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverá ser vanguardia del mundo".

 

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