Inicio Opinión

Las mujeres migrantes merecen trabajos dignos acordes a su sacrificio personal en aras del progreso

Ventana americana

El pasado día 7 de octubre se conmemoró la Jornada Mundial por el Trabajo Decente promovida por la Confederación Sindical Internacional, que agrupa a 309 organizaciones sindicales de 156 países, con movilizaciones en esta fecha contra la precariedad laboral, que en este año 2022 se han centrado en las formas de trabajo "no permanente, temporal, ocasional, inseguro y contingente".

La Jornada Mundial por el Trabajo Decente, apoyada por la Organización Internacional del trabajo (una agencia del Sistema de Naciones Unidas), defiende entre otros colectivos al de los más de 200 millones de trabajadores migrantes en el mundo, quienes realizan una importantísima contribución financiera a sus países de origen mediante el envío de dinero del cual se benefician alrededor de 800 millones de familiares que habitan principalmente en zonas rurales de los países del Sur, tradicionalmente afectadas por una permanente situación de pobreza.

A pesar de la recesión económica provocada por la pandemia del Covid-19, el flujo de remesas desde las naciones industrializadas hacia los países de donde provienen los migrantes se ha mantenido en los últimos tiempos con un ligero descenso de no más del 1,6%, según lo asegura el Banco Mundial (BM).

De hecho, el organismo económico internacional afirma que el envío de dinero con destino a América Latina y El Caribe se incrementó en un 6,5% durante 2020, superando la cifra de los 86.000 millones de euros. Los estados iberoamericanos más beneficiados con la recepción de divisas provenientes de sus migrantes en el exterior fueron México, Guatemala, República Dominicana, Colombia, El Salvador y Honduras.

Hasta el propio presidente de México Antonio Manuel López Obrador (AMLO para sus conciudadanos) se mostró eufórico en el pasado año 2021 anunciando el aumento del envío de dólares desde los Estados Unidos (aproximadamente en un 31%) por parte de los mexicanos que residen y trabajan, de manera tanto legal como irregular, al norte del Río Bravo. La nación azteca recibió en 2020 más de 35.000 millones de euros, cifra cuyo incremento se calcula en por lo menos 3.700 millones más.

Nadie puede poner en duda el gran beneficio económico que supone la llegada de recursos monetarios desde el extranjero para muchas familias latinoamericanas, con los cuales es posible asegurar la alimentación, la educación y la satisfacción de las necesidades básicas para millones de niños y jóvenes que, sin ellos, se verían abocados a una situación de precariedad.

Trabajo migrante feminizado

Pero el precio social que se debe pagar es alto, teniendo en cuenta que la mayoría de trabajadoras migrantes fuera de sus países son mujeres, con lo cual la columna vertebral de estas familias se pierde con la partida de las madres allende las fronteras, perdiendo su rol de cabezas de familia para sustituirlo por el de "proveedoras de dinero a distancia".

En Bolivia, según el Defensor del Pueblo, el 70% de los migrantes que envían dinero desde el extranjero, principalmente desde España, son mujeres. Asimismo, las mujeres suelen proporcionar a sus familias el 40% de su sueldo, lo que contrasta con el 14% enviado por los hombres en la misma situación.

Sobre la situación de las trabajadoras migrantes en España, el informe titulado "Estudio sobre la situación laboral y social de la mujer inmigrante en Málaga", elaborado por el Área de Derechos Sociales y Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de esta capital andaluza, revela que las mujeres trabajadoras extranjeras se enfrentan a diversos problemas debido a su triple condición de género, origen y laboral.

Entre las adversidades que afronta este colectivo en su diario vivir destacan: el malestar psicológico por la situación de dificultad económica y laboral (el 37% se dedica al servicio doméstico, poseyendo incluso algunas de ellas titulación de educación superior); situaciones de separación familiar como consecuencia de la migración con la consecuente tensión en las relaciones familiares; bajos salarios y malas condiciones de trabajo; y dificultad para pagar los gastos básicos propios (alimentación y vivienda, principalmente).

Con el fin de hacer llegar la mayor cantidad de efectivo posible a sus familiares, las mujeres, dedicadas principalmente a labores no cualificadas como la limpieza doméstica o el cuidado de niños y personas mayores, realizan jornadas de trabajo extenuantes que llegan a rozar la semi-esclavitud. También limitan en todo lo que pueden su consumo personal para poder ahorrar lo máximo posible, sometiéndose de manera voluntaria a una vida de estrecheces lejos de sus seres queridos, con los cuales las relaciones se reducen a videoconferencias a través de las redes sociales que no sustituyen, de ninguna manera, el contacto humano y la interacción personal cotidiana.

Avances significativos en España

En el caso de España, algunos importantes avances se han conseguido en lo que respecta a la mejora en las condiciones laborales de las mujeres inmigrantes, y de los trabajadores foráneos, en general.

Por una parte, a finales del pasado año el Consejo de Ministros equiparó las condiciones de las empleadas del hogar a las del resto de trabajadores, siendo esta una reivindicación histórica de dicho colectivo. Mediante a un Decreto Ley se puso fin a la discriminación que sufrían y se aseguró una adecuada valoración de su trabajo. La norma hizo efectiva la ratificación por parte de España del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo.

De otro lado, y a propuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en el pasado mes de julio se reformó el reglamento de la Ley Orgánica de Extranjería con el objetivo de mejorar el modelo migratorio español y sus procedimientos, en muchos casos lentos e inadecuados, lo cual generaba periodos prolongados de irregularidad con altos costes sociales para los migrantes y económicos para el Estado. Estas modificaciones normativas pretenden favorecer la incorporación al mercado laboral de las personas que se encuentran en España y reforzar las vías de migración regular.

Asimismo, para este año 2022 se reguló el procedimiento de gestión colectiva de contrataciones en origen que permite desarrollar proyectos de migración circular con terceros países y, a partir de ahora, en todos los sectores en los cuales exista demanda de mano de obra, convirtiéndose en una de las herramientas más valiosas para impulsar la migración regular, segura y ordenada. Actualmente el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones mantiene programas de migración circular con Marruecos, Colombia, Ecuador y Honduras.

Desafío presente y futuro

La OIT reconoce que las trabajadores domésticas migrantes proporcionan un servicio de enorme importancia y valor en los países a donde llegan, contribuyendo al bienestar de sociedades que, como la española, se están envejeciendo y donde la paternidad-maternidad representa un desafío para las parejas jóvenes que requieren de ayuda para el cuidado de los hijos. No obstante, estas empleadas del hogar (muchas de ellas en situación de vulnerabilidad) se siguen enfrentando a circunstancias que violan sus derechos laborales e incluso humanos: infra remuneración, jornadas de trabajo extenuantes, ausencia de prestaciones laborales legales, malos tratos...

Los euros, dólares y otras monedas fuertes que llegan a los países de América latina y El Caribe a través de las transacciones telemáticas personales son la tabla de salvación para millones de personas que se han quedado allí esperando el apoyo económico de quienes se han marchado. Para sus gobiernos representa una entrada de capitales destacada que supone un balón de oxígeno para sus economías, sumado a la disminución del desempleo al descontar a los que han partido en busca de mejores oportunidades.

Pero, a mediano y largo plazo, el hecho de que los niños y niñas niñas crezcan sin sus madres y los esposos no convivan con sus esposas supondrá una fuerte sacudida para la estructura familiar latinoamericana. Porque como se dice en tierras americanas: "madre no hay sino una".

Y en este caso esa figura fundamental del hogar termina haciéndose extraña y desapareciendo, para terminar convertida en una persona que, a final de mes, envía en promedio 250 euros por intermedio de una de las muchas empresas de transferencia de dinero que han surgido y se han lucrado con el sacrificio extremo de las trabajadoras migrantes.

[cabezon name="Luis Gabriel David" designation="Profesor y periodista" img="LUISGA" /]

Ir ARRIBA