Parece que tiene que ser lacrimógeno, que nos tiene que tocar la fibra sensible, y que, aunque todo sea al final una gran mentira, todos nos conmovemos por el trasunto de la historia.
Pero al final todos jugamos al gordo de Navidad, con anuncio o sin anuncio, pese a que siempre, y lo sabemos, no nos toca nada, como mucho la devolución del importe del décimo, la pedrea. Bueno, pues igual que tú, yo este año ya llevo más décimos de la cuenta, de los que siempre digo que voy a jugar. Pero que si en el trabajo llevan tres, que tus padres te regalan uno y tu les regalas otro, que si tu compadre o cuñado te dice que juegues tal o cual número, total que si te planteas lo que has invertido... ya la hemos fastidiado, otra vez te sales del presupuesto y dices...bueno el año que viene juego menos, o no juego, pero al final, pasará lo mismo de todos los años.
Estamos a un mes y un día del sorteo más popular e importante de la lotería, aunque sea el que menos reparte si hacemos comparación con otras loterías y juegos de azar, pero el gusanillo de esa cantinela de los niños de San Ildefonso, la cobertura todo rápido a tal administración de lotería que ha repartido unos cuantos miles de euros del gordo, o del segundo o tercer premio...pero estos sí son de verdad, estos si son ganadores de euros, de ilusiones y alegrías.... me quedo con esas historias, como la del año pasado en Villanueva de la Concepción...ojalá este año el gordo vuelva a visitarnos...
[cabezon name="José Palacios" designation="Periodista " img="pepepalacios" /]
