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Una vivienda en la nube

Nuestros bloques blancos se han vuelto como el pelaje de los toros de Prieto de la Cal, jaboneros; pero ese color, Sahara camel, va enrojeciendo cuando se conocen el precio de sus viviendas, que desde el centro de Málaga cabalgan a ritmo desorbitados.

Como se construyeron en el mismo tiempo que yo trabajaba en el cooperativismo de vivienda, el Nuevo San Andrés, más de 50 años lo contemplan; o su barriada vecina de Dos Hermanas de viviendas oficiales, más longeva. Estos dos modestos asentamientos urbanos de la época, en los que tener una vivienda no era hipotecarse la vida. Arrojan los titulares, la sorpresa, de que el precio de adquisición de sus pisos ha subido el 28 por ciento.

A más de cuatro mil pesetas el metro, en los sitios donde tuvo más votos VOX, en las últimas elecciones andaluzas, la legión de compradores no ha tenido más remedio de fijar sus ojos en la periferia o en los ladrillos de antaño, los del desarrollismo franquista.

Los ninis se jubilarán en casa de sus padres, porque de resultas, los vecinos de la Ciudad del Paraíso que necesiten un hábitat, con sus posibilidades económicas, están fuera de ese mercado, ante la competencia feroz de compradores que nos llegan, más esas compañías de mal agüero que, hacen la saca, para mejorar sus dividendos, con la penuria ajena.

Estamos en precampaña andaluza, no es molesto señalar, amén de guiños a la galería, don Juanma y Medio, no ha tenido arrestos para inaugurar algún solar para futuras viviendas sociales, mira que lo tenía a pedir de boca. En el guión-Bendodo se ha escapado, más ensimismado por plantar las cámaras en una estación vacía del Metro, a espera que lleguen sanos y salvos algunas tropas del botellón para la Feria en sus vagones.

Los cuentos de nunca acabar están con la cinta cortada, pero faltarán arrestos para que los populares: los hombres de Paco y los andaluces de Juanma, le pongan la guinda al pavo de la política de vivienda, porque de seguir apavados, el teletrabajo de los malagueños lo haremos debajo de los puentes, para algo sirve un rio seco.

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