Más de 50 profesionales de diez servicios del Materno Infantil se coordinan para la intervención intraútero 'Exit'

Más de 50 profesionales de diez servicios del Materno Infantil se coordinan para la intervención intraútero 'Exit'

Más de 50 profesionales de diez servicios del Materno Infantil se coordinan para la intervención intraútero 'Exit'. / Junta de Andalucía

El feto fue intervenido al nacer ante el riesgo de una obstrucción traqueal diagnosticada

MÁLAGA- Más de medio centenar de profesionales pertenecientes a una decena de servicios del Hospital Materno Infantil han participado en la intervención intraútero 'Exit'. Se trata de un caso real llevado a cabo en los quirófanos de Ginecología y Obstetricia del centro sanitario que ha supuesto la coordinación de numerosos profesionales de todas las categorías sanitarias para llevar a buen término una operación intraútero de un feto con sospecha de obstrucción de la vía aérea pulmonar.

El caso, pionero en la provincia, ha supuesto la planificación minuciosa de numerosos servicios del centro sanitario, perteneciente al complejo del Hospital Regional Universitario de Málaga. La peculiaridad del mismo residía en la necesaria coordinación de diferentes servicios ante la incertidumbre de diagnóstico del feto, de 36 semanas, puesto que los estudios de imagen fetal sugerían una obstrucción traqueal, una patología que tras el nacimiento podría conducir a la muerte si no era corregida en los primeros momentos de vida del recién nacido.

Dado que el Hospital Materno Infantil es centro de referencia en la provincia para embarazos de alto riesgo y partos complejos, desde la Unidad de Medicina fetal se hizo una valoración y seguimiento del embarazo. Una vez hubo alcanzado una edad de gestación suficiente para la madurez del feto, los profesionales abordaron una cesárea programada en quirófano con la planificación in situ de asistencia al recién nacido.

Ante la sospecha de que el recién nacido contase con una obstrucción de la vía aérea, según los resultados de las ecografías de alta resolución, el servicio de Ginecología y Obstetricia planteó al resto de servicios un abordaje transversal dada la incertidumbre del estado del feto una vez naciese.

Para ello, durante quince días, profesionales de las áreas de Neonatología, Anestesia obstétrica y pediátrica, UCIP, otorrinolaringología pediátrica, neumología pediátrica, cirugía cardiovascular, radiología, cirugía pediátrica, enfermería y la Unidad de Formación, bajo la coordinación del servicio de Ginecología y Obstetricia (coordinado de forma técnica por Isidoro Narbona), trabajaron de forma conjunta para panificar el nacimiento con la previsión de hasta 4 escenarios diferentes.

Todos los equipos planificaron su hoja de ruta, que formaba parte a su vez de un gran cronograma teórico -organizado en sesiones conjuntas- y práctico llevado a cabo de forma coordinada en días previos - tanto en quirófano con el simulador obstétrico Victoria- para que cualquiera de los escenarios que podían plantearse no quedasen en manos de la improvisación.

Los profesionales del servicio de Ginecología y Obstetricia del centro, tanto facultativos como matronas y enfermería, planificaron la cesárea, de alta complejidad, en los quirófanos de la unidad. "Tanto la cesárea como el feto presentaban riesgo. Todo lo que sabíamos era que necesitaría un abordaje inmediato antes incluso del clampaje del cordón umbilical, para que el bebé se oxigenara a través del cordón manteniendo la función placentaria, puesto que la sospecha de estenosis de la tráquea no sabíamos si podría impedir que el bebe respirara por sí mismo", ha explicado el jefe de servicio Jesús Jiménez. Ante esta situación, se había previsto que los neonatólogos procedieran en el momento de la cesárea a la intubación ante el riesgo de que el recién nacido no pudiera respirar por la obstrucción traqueal.

Los anestesistas que atendieron a la gestante tuvieron un papel trascendental puesto que era necesario asegurar una correcta perfusión uterina. Así, el anestesista David Méndez cuenta que para ello se utilizaron fármacos vasoactivos. "Además era necesaria una relajación uterina que evitara un desprendimiento placentario de forma que el recién nacido pudiera ser intervenido utilizando la circulación sanguínea de la placenta para conseguir una adecuada perfusión sanguínea y oxigenación de la sangre. También era necesario utilizar fármacos que atravesaran la barrera placentaria para anestesiar al recién nacido de cara a los procedimientos que se iban a realizar", ha agregado.

Una vez el feto fuese colocado sobre la madre, antes del clampaje del cordón, los neonatólogos debían intervenir intubando al feto tras asegurar con un ecógrafo de quirófano el correcto ritmo cardiaco fetal. Si la intubación no fuera posible, a continuación, manteniendo la circulación placentaria intraútero, la sección de Neumopediatría realizaría una broncoscopia flexible, por abordaje nasal, para visualizar y diagnosticar la posible anomalía congénita de la vía aérea así como para realizar intubación guiada con broncoscopio. Si no fuera posible, el servicio de Otorrinolaringología intentaría una traqueostomía para permeabilizar la vía aérea.

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