La tecnópolis malagueña es uno de los tres modelos seleccionados para inspirar la futura norma ISO
MÁLAGA- Málaga TechPark ha sido elegido como uno de los tres casos de éxito mundiales que servirán de inspiración para la creación de la futura norma internacional ISO 56012, que establecerá los estándares globales de gestión de ecosistemas de innovación. La tecnópolis malagueña comparte este reconocimiento con Silicon Valley (Estados Unidos) y el ecosistema Haier (China), en un hito que sitúa a Andalucía “en la élite mundial de la innovación tecnológica”, según ha destacado la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía y presidenta de Málaga TechPark, Carolina España.
Durante la apertura del encuentro internacional que acoge estos días el parque, la consejera ha subrayado que “no solo seguimos las reglas de la innovación: hoy estamos ayudando a escribirlas”. La cita, organizada por UNE y el propio Málaga TechPark con respaldo de la Organización Internacional de Normalización (ISO), reúne a expertos de instituciones como la Comisión Europea, Google, Oracle, universidades, centros tecnológicos, fondos de inversión y startups.
Un modelo que conecta talento, empresa y tecnología
A lo largo de tres jornadas, los expertos internacionales conocerán de primera mano la experiencia de Málaga TechPark mediante conferencias, sesiones de trabajo y visitas a espacios clave del ecosistema local, como el Supercomputador Picasso, el Google Safety Engineering Center, el Oracle Innovation Hub o el Polo Nacional de Contenidos Digitales. Aunque la decisión definitiva sobre el modelo de referencia de la ISO se adoptará en aproximadamente un año y el proceso completo durará cuatro, España ha valorado que “estar ya entre los tres finalistas supone un reconocimiento histórico al trabajo realizado”.
Un motor económico con proyección internacional
Málaga TechPark alberga actualmente más de 700 empresas, genera 28.000 empleos y supera los 4.000 millones de euros de facturación anual. Además, cuenta con 72 compañías extranjeras de 22 países diferentes. La consejera ha puesto como ejemplo de su potencial la instalación del futuro centro europeo de microelectrónica de IMEC, con más de 600 millones de euros de inversión. “La innovación no es solo una prioridad política o una declaración de intenciones: es una realidad económica que estamos ayudando a consolidar”, ha concluido.
