Referente andaluz vivo del arte povera, abrirá temporada en Madrid de la mano de la veterana Galería Marita Segovia
MÁLAGA- Tras más de dos décadas con una firme propuesta estética de “pintura sin pintura”, compuesta de elementos reciclados y desechos con colores solo producto de las vicisitudes del paso del tiempo, el arquitecto y artista plástico Pedro Zamora (1968) vuelve al pincel y usa como lienzo sus cubiertas de enciclopedias olvidadas y desahuciadas, tiñéndolas de acrílico negro, jugando con formas de la vida pasada y presente, ofreciéndoles la posibilidad de crear una repetición con resultado elegante y de belleza contemporánea. Tal y como expresa el poeta malagueño Álvaro García acerca del proyecto, “en los nuevos trabajos de Pedro Zamora, la mejor resonancia de una cosa es la cosa misma; la insistencia es un desistir, una negación de la cáscara por vía de reiteración”, lo que al propios escritor le provoca querer ser no tan solo un pintor, “sino un pintor así”.
Unas canchas de tennis, el dibujo arquitectónico de una cajetilla de tabaco rubio americano, el alzado del partenón griego o una pura geometría que, solo tras la temblorosa e irregular ejecución de su mano alzada en continuo movimiento, sin miedo y jugando con la equivocación, prepara la serie para conseguir un conjunto sólido. En palabras de Manuel Fontán del Junco, director de Exposiciones de la Fundación Juan March, y asimismo firmante del catálogo que recoge toda la obra de su próxima exhibición de septiembre, la práctica artística de Zamora solo puede explicarse desde la ficción de documentos contemporáneos extraviados e incompletos, desahuciados, como el mismo material del que están hechos.
En total se trata de algo más de una cincuentena de piezas que abrirán la temporada de arte contemporáneo de la capital de nuestro país por elección de la veterana galerista jerezana Marita Segovia que, con más de dos décadas de apuesta por el arte contemporáneo español de vanguardia tras de sí (en su cartera conviven piezas del sevillano Manuel Salinas, dibujos de Pablo Picasso o Joan Miró y piezas de artistas actuales como Boris Hoppek, Patricia Lohan o José Cháfer), apuesta por el cambio de discurso de Zamora en su cuarta exposición en solitario en la capital española.
La muestra, titulada ‘Not for Sale’, indaga además en nuevos materiales rescatados de la basura como el polietileno y el poliuretano, continuando con el desafío a la mirada del otro, que interpreta en la obra una suerte de textura marmórea o porcelánica con tonos de blancos de distinto desgaste. La pátina y la grieta de la polipiel sumados al trazo negro desigual de Zamora consiguen en la serie de piezas tituladas ‘No Nike’ un resultado estético lleno de ritmo elegante. Pero sin duda una de las más aplaudidas novedades -una importante galería francesa ha adquirido una de ellas, ‘Maraña’, antes incluso de ser exhibida en Madrid el próximo 7 de septiembre-, es su propuesta de gran formato. Como la obra que, bajo el título ‘God Save The Queen’, propone un sinfín de union jacks o union flags que van ganando o perdiendo trazo dependiendo de la intermitente recarga de tinta en la brocha del pintor, consiguiendo una suerte de tapiz con olas de color que se van apagando y formando una especie de pared ancestral descolorida o desconchada. Un pattern antiguo en blanco y negro que funciona desde un punto de vista artístico.
“La cuestión no es pintar o no pintar. La cuestión”, dice el propio artista, "es pintar con o sin pintura. (…) Me estaba perdiendo algo a lo que yo mismo había decidido renunciar, el valor del gesto”.