La vivienda ha sido el principal conflicto social del año
MÁLAGA- El portavoz del grupo municipal Con Málaga, Nico Sguiglia, ha realizado un balance del año 2025, marcado por una intensa movilización social en Málaga y Andalucía en defensa de la vivienda, los servicios públicos, los derechos sociales y una ciudad pensada para su gente, y ha señalado los retos políticos y sociales que se abren en 2026.
“2025 ha sido un año en el que la ciudadanía ha dicho basta. Basta a un modelo de ciudad que expulsa a la gente de sus barrios, que mercantiliza la vivienda, que debilita la sanidad y que convierte los derechos en privilegios”, ha señalado Sguiglia. “Las calles de Málaga han hablado con claridad: hay una mayoría social que quiere cambios profundos”.
El portavoz ha subrayado que estas movilizaciones no surgen de manera aislada, sino como respuesta a un desencanto creciente con una política institucional que, durante demasiado tiempo, ha sido incapaz de dar respuestas reales a los problemas cotidianos.
“Existe una frustración legítima con la política cuando las instituciones no sirven para mejorar la vida de la gente. La única manera de combatir ese desencanto no es pedir paciencia, sino impulsar políticas de izquierda valientes, coherentes y transformadoras desde las instituciones”, ha afirmado Sguiglia.
En este sentido, ha insistido en que no basta con gestionar lo existente, sino que es necesario confrontar intereses y cambiar prioridades. “Gobernar también es decidir a quién se protege. Y en Málaga se ha protegido demasiado a los fondos de inversión, a la especulación inmobiliaria y a los grandes intereses privados, mientras se abandonaba a la mayoría social”.
Sguiglia ha destacado la vivienda como el principal conflicto social del año: “La crisis de la vivienda es el mejor ejemplo de cómo la falta de valentía política genera desigualdad y expulsión. Frente a ello, defendemos políticas claras: movilizar vivienda vacía, frenar la turistificación, priorizar el alquiler asequible y usar el suelo público para garantizar derechos, no pelotazos”.
Asimismo, ha reivindicado la defensa de los servicios públicos como eje central: “Sanidad, educación, cuidados y espacios públicos no pueden seguir deteriorándose mientras se externalizan recursos y se renuncia a una planificación social de la ciudad”.
De cara a 2026, Sguiglia ha señalado que el reto es claro “la enorme energía social que hemos visto este año tiene que traducirse en cambios reales. Eso significa convertir la movilización en decisiones políticas y, llegado el momento, también en apoyo electoral para proyectos que no se resignan”.
“Las instituciones no pueden seguir siendo un muro que frena las demandas sociales. Deben convertirse en una herramienta útil para la transformación. Y eso solo es posible con una izquierda que no tenga miedo a confrontar, que no rebaje sus propuestas y que gobierne con la gente, no de espaldas a ella”, ha añadido.
“El mensaje es claro: la calle y las instituciones no son espacios opuestos. Se refuerzan mutuamente. En 2026 tenemos la oportunidad de demostrar que la política puede volver a servir para mejorar la vida de la mayoría, y que merece la pena participar, organizarse y votar”, ha concluido Sguiglia.

