DE REVOTE

Desde que Arrimadas se separara de Cataluña, Ciudadanos ha revotado a la ignorancia, después de haber conseguido doña Inés 36 escaños en 2017, triunfo que nos pasearon a hombros todos los gacetilleros de la derecha de plaza en plaza. Sus votos resultaron inanes, porque la novicia entre tantos politicastros hizo  de doña Tancreda, incapaz de arracimar algún escaño ajeno a su victoria. Ayer, el ejército de aquella moda de Albert Rivera, está de nuevo como lo trajeron al averno, en pelota viva. No me voy a cebar con los afligidos perdedores, aunque a la CUP la metería en la ambulancia, para que sirenara sus dolencias. Sant Pancraci, en catalán, nos dejó, el 12 de Mayo suerte y fortuna de los boquetillos de dos reales del barbero cordobés; es decir, Salvador IIla, obtuvo para el PSC, els socialistes, 42 diputats del Parlament; triunfo equiparable a la época del tripartito, si recordar no puedo. Ahora todas las pelotas están empeñadas, porque el Napo de cascarillas, quiere volver triunfante a la Generalitat ronroneando Waterloo, lo cierto es que si miramos el censo y contamos sus votantes, poca tropa maneja el huido. Para entretener la espera, con las encuestas en cruz, me zampé una versión peliculera del Segundo Triunvirato; así que terminé con Roma el imperio fílmico, pero evocando la vieja  serie de Claudio, pasada en nuestra Transición, serpenteando los venenos de su abuela Livia Drusila;  hasta que lleguen los bárbaros a  la Barceloneta de turistas olímpicos y se  abran las urnas. El PP tiene más de medio millón de votantes menos que el PSOE, VOX cien mil menos que los populares con once escaños; llevamos escrutados más del 99 por ciento de los votos, casi por chispas la foto finish, pero la cháchara bocaza de los mal avenidos, quiere poner un trampolín peligroso como  pódium de los vencedores. De revote y rebote.