No se trata de emarronarse en Las Vegas, ni de idealizar la luna de miel en la Isla de Perejil; lo nuestro es poder encontrar una chabolita para plantar el catre matrimonial. Una querida amiga ha celebrado una boda itinerante: por lo civil (in english), por lo religioso (en latín), por menú (al grito hispano), quizá le faltó por lo militar, aunque la objeción de conciencia les evitó el velo en caqui.

Lo que me incumbe, es que la 13, Rue del Percebe, ha tenido que desalojar a los vecinos entrañables de nuestra infancia, para “hokuparlo” con forasteros de vacaciones. La conversión en pisos turísticos el intramuros urbano, ha llevado a la hecatombe a los precios de sus viviendas, contagiando a la vez a los barrios populares y el extrarradio; por eso cansado el “éxito turístico” de Barcelona y el engorde de la pela barata, por las turbas bárbaras ajenas, a la pretendida calidad del refugiado en el cinco estrellas, el deseado; do Jaume Collboni, alcalde socicondal, ha decidido poner patadas en paredes, para acabar con los diez mil pisos turísticos de su municipio; traca al cagonet, porque se van a escribir más páginas de terabytes judiciales que con los sumarios la amnistia, para defender la libertad económica de los ladrillos adquiridos.
El alcalde de Málaga, tan añejo, supo que era costumbre de nuestro hospitalario devenir, acoger neandertales y fenicios, hasta la expulsión de las sagas del Moro Mussa, por exceso de cupo. Así, que abandonó a su albedrío a sus vecinos que buscaban viviendas, haciendo la vista gorda a plantar un hotelillo en cada pisillo.
La cosa ha pasado de rosca, ahora compungido entona su propósito de enmienda, pero su dolor de corazón no le afecta por los que necesitan vivienda desesperadamente, sino por los propietarios de viviendas que ahora tendrán que sufrir en sus ahorrillos, por tener que dedicarlas a un sabroso alquiler con menos dividendos foráneos.
Visto el plan, aunque la pareja se vaya a vivir debajo del puente, podrá todavía celebrar su boda en un piso turístico, con vista a un puesto de asar castañas.