EL JABATO Y ROBIN HOOD

De tebeos y peli de mi infancia, se adentra el bosque en la periferia de la faz urbana; bajan por los arroyos de sequía, jugándosela para comer, las cochinas jabalíes y sus jabatos en los montones de inmundicias de los contenedores, papeleras  y los  platos de granos para los gatos, sus bancos de alimento; verle el colmillo al puerco es de echarse a temblar, por lo que los vecinos piden auxilio a las concejaladas que, según menú, tienen que sacar de ingenio para proteger a sus urbanitas de la herencia boscosa. Salvo que nos den un flechazo en nuestros pompis cebados, reservar una pastita para contratar arqueros invisibles para las alimañas y despachárselas, es de una brillantez histórica a lo Robín Hood. Así que se nos promete una batalla del de los Bosques con el Jabato, en las últimas paradas de los autobuses municipales.  -Pasen y vean, pero cierren las ventanillas-. La capital del Sur de Europa, la dotaron en los tiempos de una gran epidemia de rabia de la pasada centuria, de una magnífica instalación, -antigua perrera, llamada eufemísticamente Parque de Protección Animal, de la que fui su primer edil delegado  en la democracia, hecha para sacrificar perros rabiosos; hoy estamos de enhorabuena, porque después de tantas incineraciones, se  puede presumir en la información del Parque en las redes, de sacrificios animales “cero”. El animoso jefe y científico veterinario,  el entrañable don Juan Manuel Sepúlveda, maestro en abejas y sus panales, me hizo picar la curiosidad, hasta soñar un zoológico. Base teníamos enjaulada, trece leones, algún tigre,  su boa, un buitre cojo de un disparo haciendo equilibrio para sostenerse en el palo, terroríficos ciervos en celo, perros ñoños y de cacería, mininos para jugar los reyes de la selva a los cromos y un jabalí monumental, animal que vivía solano entre rejas en una esquina, y que como deparó la ironía del concejal Jacinto Mena, cada vez que rugía el cochino, el resto de las manadas se apilaban de susto en la punta contraria, como si fuera a sacar un córner.