Imagínate despertar un día en tu pueblo, ese lugar tranquilo donde has vivido siempre, donde las puertas quedaban abiertas y nadie temía por su seguridad, y descubrir que cientos de inmigrantes ilegales han sido alojados en un hotel de lujo a escasos metros de tu casa. Sin previo aviso, sin información, sin posibilidad de decidir. Eso es lo que ha sucedido en Ojén.
El gobierno de Pedro Sánchez, una vez más, ha ignorado a los españoles para atender primero a quienes han asaltado nuestras fronteras. Mientras nuestros jóvenes no pueden permitirse una vivienda digna y nuestros mayores languidecen en listas de espera para una plaza en una residencia pública, los ilegales disfrutan de spa, piscina y pensión completa a costa de nuestros impuestos. Una humillación diaria para todos los que trabajamos y cumplimos las normas.
Muchos vecinos de Ojén ya no se sienten seguros en sus calles. Han tenido que decirles a sus hijos que no salgan solos. Viven con miedo. No pueden dormir tranquilos. Ven cómo quienes, supuestamente, deberían estar controlados deambulan libremente por el pueblo, aumentando la sensación de inseguridad. Y lo más grave: no sabemos quiénes son, no sabemos si tienen antecedentes, si entre ellos hay delincuentes, agresores o violadores. Nadie responde. Nadie da explicaciones. Las administraciones callan, muchos medios callan.
Mientras tanto, los impuestos de todos los españoles siguen pagando hoteles de lujo y jacuzzis. ¿Qué mensaje creen que están enviando al resto del mundo? Cuando estos inmigrantes envían fotos a sus compatriotas, posando en habitaciones con vistas, en spas o en piscinas, el efecto llamada es inevitable. Cada imagen enviada es una invitación para que muchos más intenten llegar, alentados por la certeza de que aquí, lejos de encontrar justicia, encontrarán privilegios.
Esto no es un hecho aislado. En Benahavís, Torrox, Málaga capital, Churriana, El Palo, Torremolinos, Torre del Mar... las mismas maniobras, las mismas mentiras, el mismo desprecio a los vecinos. Centros improvisados, decisiones tomadas a espaldas de la gente, imposiciones disfrazadas de solidaridad mientras se abandona a quienes han levantado esta tierra con su esfuerzo. Y ahora también, poniendo en riesgo nuestra principal industria: el turismo. ¿Quién va a querer venir a pasar sus vacaciones a pueblos que ya no son seguros?
¿Quién se hará responsable mañana si sucede una tragedia? ¿Quién responderá ante una violación, un robo, una agresión? ¿Pedro Sánchez? ¿Los políticos que han permitido esta situación mientras miran para otro lado?
Está ocurriendo en toda España. Se trata de un plan deliberado para romper nuestra convivencia, diluir nuestras raíces y sembrar el miedo entre nosotros. Es una invasión a la que el bipartidismo, como en un mundo al revés, ha puesto puente de plata.
Desde VOX decimos basta. Exigimos la expulsión inmediata de todos los inmigrantes ilegales de nuestra provincia y de toda España. Exigimos respeto para nuestros mayores, para nuestros jóvenes, para cada español que cada día cumple la ley, paga impuestos y trabaja por su país.
Hoy ha sido en Ojén. Mañana puede ser en tu pueblo, en tu barrio, en tu calle. Callarse ya no es una opción. Alzar la voz, defender nuestra tierra, proteger a nuestras familias, es un deber ineludible.
Porque está pasando en España. Porque España merece seguir siendo un hogar seguro para los españoles, un hogar seguro para quienes vienen cumpliendo las normas. Y porque quienes aman España, ni se resignan ni se rinden.
En VOX lo tenemos claro. Billete de vuelta. ¿Y tú?
