Algunas cosas si son lo que parecen. A estas alturas nuestra sociedad está dirigida, no por quienes se merece la ciudadanía, y si por quienes son puestos en cargos cuya representatividad se necesita degradar para que quien los nombra pueda destacar, en algo. Por ejemplo, un miembro del Consejo de Seguridad Nuclear, Pilar Lucio, ha realizado estas desafortunadas declaraciones: "Para ser un consejero o consejera (ojo es importante diferenciar el genero) del Consejo de Seguridad Nuclear, independiente y neutral, no es imprescindible tener conocimientos técnicos extraordinarios en esta materia, aunque evidentemente ayuda, pero cuidado, que a lo mejor tener demasiados conocimientos, también es contraproducente". Estas declaraciones nos demuestran el sentir de quienes nos representan: primero destaca que para ser miembro del Consejo de Seguridad Nuclear neutral e independiente no es imprescindible tener conocimientos técnicos extraordinarios. A caso si se tienen conocimientos no se es neutral e independiente; igualmente nos hacen ver que saber demasiado puede ser una carga para quien sabe tanto. Es decir, aquello de que el saber no ocupa lugar, que lo hemos escuchado toda nuestra vida, se ha convertido en que el saber puede pesar una barbaridad por lo que no merece la pena cargarse de conocimientos. Vayamos ligeritos de peso. Basta con saber moverse entre políticos, pues a fin de cuentas es tiempo de política y no de saberes. Hay algo que sigue siendo, también, igual o quizá peor. La desfachatez de quienes representan a los trabajadores. Es decir, de los sindicalistas. Les hemos pagado un vídeo en el que cantan, con alegría, tu de pollo yo de gamba, yo tan roja y tu tan facha. A parte de que el vídeo arremete contra llevar la bandera de España en la muñeca, ir vestido con un polo con la bandera de España o ir peinado con gomina, escuchar la Cope, Ana Rosa o Federico Jimenez, es vídeo que demuestra, que para representar a los trabajadores tampoco, igual que para ser miembro del Consejo de Seguridad Nuclear hace falta tener conocimientos extraordinarios. Que menos que preguntarse cuantos ciudadanos comen gambas y cuantos pollos. Ocurriera que los fachas fueran mas y que los rojos menos. Saber pesa. Saber es una carga. Saber puede ser contraproducente. Para que saber si nos lo pagan todo. Cantemos que después de la manifestación del trabajo comeremos gambas y haremos unas risas. Que no es que quiera cargarles a ustedes con conocimientos pero en España consumimos, aproximadamente, 13 kilogramos de pollo al año por persona, frente a 0,6 kilogramos al año de marisco por persona. Me parece que la educación adecuada es necesaria para desempeñar cualquier actividad en nuestra sociedad. Y que comer gambas y/o pollo, o vestir de una manera u otra, o peinarse así o asado, no puede ser motivo para estigmatizar y/o señalar a personas en una democracia. Sócrates decía: Solo hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia.
