Los agentes han podido constatar unas 27 operaciones de venta o empeño de joyas
MÁLAGA- La Policía Nacional ha detenido a una cuidadora por el hurto de joyas y dinero en domicilios de personas mayores donde trabajaba, quedando esclarecidos once hechos delictivos en Málaga. La presunta autora habría efectuado 27 operaciones de venta o empeño de joyas, desde abril a septiembre del presente año, por un valor conjunto que supera los 14.000 euros. La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Distrito Este de Málaga y comenzó a raíz de la denuncia interpuesta por el hurto de diversas joyas en el domicilio de una persona de edad avanzada dependiente.
Durante el mes de septiembre, una mujer denunció la falta de joyas y dinero en su casa, a donde solamente había accedido una cuidadora para atender a su marido.
Los agentes iniciaron entonces una investigación logrando localizar las joyas sustraídas en diferentes establecimientos dedicados a la compra-venta de alhajas. Por este motivo, procedieron a su intervención y posterior entrega a su legítima propietaria que acabó reconociéndolas sin ningún género de dudas. Dichos efectos habrían sido vendidos por la investigado, por lo que se procedió a su localización y detención.
Durante las diligencias de investigación los policías comprobaron que, la citada cuidadora, de 38 años de edad, había acudido a lugares de compra – venta en numerosas ocasiones, en total los agentes constataron 27 operaciones de venta o empeño, por un valor que llegaba a sobrepasar los 14.000 euros en un periodo de cuatro meses; así como otras ventas desde el 2021 hasta principios de 2025 por otros 15.000 euros.
Una denuncia y once casos resueltos
Por parte de los investigadores, ante tal cantidad de operaciones de venta, se continuaron con las pesquisas y se contactó con las diversas empresas en las que había prestado servicio tanto de manera formal como temporal, - en residencias y en domicilios particulares de personas vulnerables-.
Con los datos recabados, los policías del grupo de robos de distrito este localizaron a más posibles víctimas, a las cuales se les mostraron fotografías de artículos de joyería por si podían reconocerlos como de su propiedad. De esta labor investigativa se obtuvieron diez casos más de sustracción por parte de la investigada que elegía como víctimas a personas vulnerables. Muchos de los afectados manifestaron que no habían denunciaron los hechos a pesar del convencimiento de su autoría, o porque carecían de pruebas para demostrarlo; otros en cambio aludían a la posibilidad de haberlo extraviado.
No obstante, la investigación policial demostró que habían sido vendidas por la persona que, meses atrás, había sido considerada como una persona en la que habían depositado su confianza. De este modo, han quedado esclarecidos once casos por sustracción, en los que para las víctimas el valor afectivo y sentimental superaba con creces el valor obtenido en el mercado.
 
						 
								




 
                                     
                                         
                                         
                                         
                                         
                                     
                                         
                                         
                                        