Según el colectivo, esta decisión penaliza el derecho a la conciliación familiar y laboral
MÁLAGA- El Colectivo de Profesorado Ayudante Doctor de la Universidad de Málaga (CPAD) ha denunciado públicamente la situación de desigualdad laboral que sufre este personal docente e investigador debido a que la institución académica no reconoce las bajas por maternidad, paternidad o cuidado familiar como tiempo efectivo de trabajo a efectos de promoción profesional.
Según el colectivo, esta decisión penaliza el derecho a la conciliación familiar y laboral, afecta especialmente a las mujeres y agrava la precariedad estructural del profesorado en las primeras etapas de la carrera académica. “Se castiga la maternidad, la paternidad y el cuidado, al no computarse estos periodos en la evaluación para estabilizarse o promocionar dentro de la universidad”, señalan desde el CPAD.
El conflicto surge tras la Resolución del 11 de abril de 2025, que regula los criterios de promoción y renovación de contratos del profesorado ayudante doctor, y en la que —según denuncia el colectivo— no se contemplan las bajas laborales derivadas de la conciliación familiar como tiempo trabajado. Esta interpretación, afirman, “vulnera el principio de igualdad recogido en la legislación vigente y contradice las políticas de conciliación impulsadas por otras universidades públicas”.
En el comunicado oficial remitido por el CPAD, los docentes exigen la derogación inmediata de la resolución y el reconocimiento efectivo del derecho a la conciliación, así como la apertura de un diálogo institucional con el Rectorado para corregir esta situación.
El colectivo advierte además de las consecuencias personales y profesionales que esta normativa está teniendo sobre parte del profesorado: “Hay compañeros y compañeras que se han visto obligados a replantearse su futuro académico ante la falta de apoyo institucional”, alertan.
Finalmente, el CPAD subraya que este problema trasciende lo laboral y plantea un debate de fondo sobre el modelo de universidad pública: “Nos preguntamos qué universidad queremos construir: una que penaliza el cuidado y la maternidad o una que protege y acompaña a quienes enseñan e investigan para hacer posible el conocimiento”.




