El dispositivo permitirá estudiar la relación entre la pérdida de olfato y enfermedades como el Alzheimer
MÁLAGA- El Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND) ha incorporado un olfatómetro de última generación conectado a una resonancia magnética funcional de alto campo, lo que supone un avance pionero en España para estudiar la actividad cerebral asociada al sentido del olfato. El equipo ha sido instalado en el Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES), dependiente de la Universidad de Málaga, y permitirá avanzar en el conocimiento de enfermedades neurodegenerativas y metabólicas.

Este equipamiento forma parte del proyecto nacional liderado por las investigadoras Carolina Gutiérrez Repiso y Natalia García Casares, quienes destacan que por primera vez será posible registrar en tiempo real cómo responde el cerebro a estímulos olfativos reales, lo que abre nuevas vías para detectar precozmente patologías complejas.
Una tecnología inédita para evaluar la función olfativa en el cerebro
El olfatómetro llega desde Estados Unidos como parte de un proyecto de investigación financiado en convocatoria nacional y centrado en la obesidad y sus posibles vínculos con el deterioro del olfato. Su tecnología permite aplicar olores con precisión mientras se monitoriza la actividad cerebral mediante resonancia funcional, algo que hasta ahora no se había conseguido en España debido a su dificultad técnica.
“La gran innovación es que podemos correlacionar los estímulos olfativos con la activación de determinadas redes cerebrales implicadas en enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o incluso el COVID-19”, explican desde IBIMA. Hasta ahora, estos estudios se hacían con métodos caseros o indirectos.
Olfato y neurodegeneración: una conexión subestimada
La pérdida del olfato se ha identificado en la literatura científica como uno de los primeros indicadores de enfermedades neurológicas. En el caso de la obesidad, se sospecha que ciertas alteraciones olfativas podrían estar ligadas a mecanismos del apetito y la memoria, afectando incluso a la eficacia de los tratamientos de adelgazamiento.
IBIMA ha iniciado ya el reclutamiento de pacientes con obesidad para estudiar cómo responde su cerebro a distintos estímulos olfativos, con el objetivo de anticipar posibles fallos en los tratamientos. “Buscamos marcadores neurocognitivos que puedan guiarnos en la toma de decisiones clínicas”, afirman las responsables del estudio.
Málaga se sitúa a la vanguardia de la neurociencia aplicada
El nuevo dispositivo sitúa a Málaga como referente nacional en investigación biomédica avanzada. “Este tipo de tecnología solo se encuentra en laboratorios internacionales muy especializados”, subrayan desde IBIMA. El olfatómetro no solo contribuirá a estudios sobre obesidad, sino también a investigaciones en enfermedades mentales, infecciosas y neurodegenerativas.
El CIMES, donde se encuentra ya operativo, se convierte así en uno de los pocos centros en Europa capaces de combinar tecnología olfativa de precisión con neuroimagen funcional, abriendo un horizonte de aplicaciones clínicas y científicas sin precedentes para Andalucía.