Estamos a tres días de las elecciones generales. Las primeras elecciones generales de la historia que se celebran en pleno verano, con temperaturas asfixiantes que invitan más a ir a la playa o a la piscina que a acudir a las urnas.
Fue una convocatoria a la desesperada de Pedro Sánchez un día después de que el Partido Popular arrasara en las elecciones del 28 de mayo. Pero esa estrategia de convocar a finales de julio con el objetivo de desmotivar a la gente y desincentivar el voto puede salirle mal.
Así lo estamos pulsando en la calle, en cada distrito, en cada carpa informativa, en cada reparto electoral: España necesita al Partido Popular y a un presidente como Alberto Núñez Feijóo.
El Partido Popular está haciendo una campaña basada en datos, en propuestas y no en mentiras como el PSOE. La última de los socialistas: poner en boca de la presidenta de la Comunidad Europea, Ursula Von der Leyen, palabras que beneficiaban a Sánchez y que ella misma ha desmentido categóricamente.
Pero no es la única, llevamos cinco años perdidos por un presidente como Sánchez: mentiroso, intransigente, que sólo quiere el poder y le da igual si el apoyo se lo dan los herederos de ETA o los que quieren romper España; que elimina la sedición, que rebaja la malversación y que ha permitido la ley del ‘Sólo sí es sí’, con al menos 1.127 reducciones de penas y 115 agresores sexuales excarcelados, desprotegiendo a las víctimas.
Es el momento de que España cambie de timón y recupere la senda del crecimiento económico pero también la senda institucional. Los españoles merecen un presidente honesto, fiable, que dé estabilidad a nuestro país y que se preocupe por la inflación, por la cesta de la compra desbocada, por los problemas reales.
El domingo elegimos entre dos políticos muy diferentes: entre la mentira y la verdad, entre el sectarismo y la gestión, entre quien divide y crispa y quien une y dialoga.
España quiere un gobierno del cambio, como lo quiso Andalucía con Juanma Moreno al frente y con una mayoría amplia, para gobernar sin imposiciones ni bloqueos. Y ese modelo es el que debemos exportar a España.
El domingo nos la jugamos. La línea recta para el cambio es votar al PP y a Alberto Núñez Feijóo. Que nadie se equivoque porque todo lo demás es dar rodeos, coger curvas y más riesgos para un país que necesita certidumbre y estabilidad. Es el momento del PP y por ello para este domingo 23 de julio os pedimos prestada vuestra confianza.