Sobre un pensamiento que Jonathan Swift escribió hace trescientos años:”Nunca hasta ahora se ha planteado si alguna de sus propuestas eran verdaderas o falsas. Algunos pensaran que tales logros, conseguidos gracias a las mentiras, no pueden ser de mucho provecho al autor de los mismos ni a su partido, después de haberse practicado estas con frecuencia y ser público y notorio, pero se equivocan por completo. Pocas mentiras delatan la huella de su inventor y el más prostituido de los enemigos de la verdad puede propagar mil falsedades sin que se sepa que es su autor.
Además, igual que el mas pésimo de los escritores tiene sus lectores, el mayor mentiroso tiene sus crédulos(en nuestro caso los suficientes para sacar más de cien diputados), y suele darse el caso que si una mentira ha sido creída tan solo durante una hora, ya ha cumplido su función, y no habrá más necesidad de utilizarla.
La falsedad vuela mientras que la verdad cojea tras ella, de manera que cuando los hombres llegan a desengañarse ya es demasiado tarde, la broma acabó y el cuento ha tenido su efecto. Como un medico que ha descubierto un medicamento infalible después que el paciente ya ha muerto”.
Preocupante la situación de nuestro país donde todavía existen crédulos de mentirosos capaces a auparlo de nuevo al poder. Y si un mentiroso compulsivo consigue el poder de nuevo con mentiras, manipulaciones y trucos de chistera y trilero mal nos va a ir a nuestro país.
A todo esto, detrás todos quienes creen en él. No son tantos, pero si lo suficientes para volver hacer caer a nuestro país en el mayor pervertidor de la democracia que hasta ahora ha gobernado nuestro país.
Cuanta noche en tan poco tiempo de gobierno. Pegasus, Sahara. Doctorados falsos. Negativas posteriormente convertidas en afirmaciones que no contradicen a las anteriores negativas sino que son simples cambios en la forma de gobierno. Manipula hasta la saciedad. Convierte las mentiras en afirmaciones necesarias para el progreso. Es increíble. Las urnas deben hablar en positivo para todos. De lo contrario terminaremos legislando para perseguir a los opositores.
Una serie de crédulos interesados en sus propios intereses no pueden destruir un país con España. España no ha salido de una dictadura para tras cuarenta y ocho años de libertades volver a caer en otra que a toda seguridad será peor que la anterior pues esta última es adornada de progresismo lo que la convierte en una democratura.
El próximo viernes tendremos el futuro que los españoles hemos elegido.
