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Los pactos y los miedos

El “trumpismo” local, tiene la misma voluntad del tonto que no deja la vereda, perseguido por la misma en el bucle de su estúpida sinrazón. He recibido varios mensajes, de esos que te invitan a contribuir a su difusión, como si el fabricante de la mentira, pudiera contar con un repartidor a su servicio de sus bulos, sin más. Visto que los números de las urnas, le pueden limitar sus deseos de subirse en el machito, han emulado al ejemplar expresidente yanqui, creando dudas sobre el voto por correo, de tal eficacia y probidad, que después  del amago de Feijóo de envenenarlo, ahora todo el mundo con vergüenza está felicitando la labor de los carteros, por su tenaz desempeño en la campaña. Tengo una extraña suerte que durante la dictadura, pude trabajas sin aspaviento en una cooperativa, donde imperaban entre sus socios los principios democráticos, extraño oasis, entre el garrote y mando del nacional-catolicismo. Epataron tanto mi ánimo en mi espíritu juvenil, que durante toda mi estancia en política y estudio, los desarrollos de la Democracia, sus formas, aplicaciones, vicios y virtudes, han constituido el rayo que no cesa en mi tarea, quizá como la vereda, no del tonto, pero si necesaria de la demos. Con todo lo perfectible  que pudiera ser  nuestro sistema electoral, nadie le puede discutir su amparo legislativo y constitucional, todo es perfectible y fórmulas hay. Pero esta no es la cuestión, los resultados del 23-J, han desatado las especulaciones sobre los posibles pactos para formar gobierno, surgiendo los miedos a que el voto llamado a útil que buscaba el orensano de Os Peares, haya resultado inane para sus pretensiones. Todo está por ver y verano hay, pero como es ya de manual, los más alejados del afecto a la democracia, ya han empezado su guerra psicológica en las redes, para que más pronto que tarde se convoque a las urnas, porque sus cuentos y sus cuentas  les han salido rana. Aprender a perder y respetar el resultado, es de primera enseñanza.

Curro Flores

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