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'Eurolatinoamérica'

Ventana americana

Los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), se reunieron en Bruselas durante los pasados días 17 y 18 de julio en el marco de la III cumbre UE-CELAC, un punto de encuentro con el objetivo de diseñar una hoja de ruta para trabajar asuntos de interés común y que redundasen en beneficios para ambos lados del Atlántico.

Hacía ya una década que los veintisiete representantes europeos y los treinta y tres latinoamericanos no se reunían de manera conjunta, un compás de espera excesivo que ha tenido como consecuencia el establecimiento, de ahora en adelante, de un calendario de citas oficiales cada dos años.

En un momento en el cual las alianzas estratégicas geo-políticas y económicas son primordiales para la actuación de los países en el ámbito internacional, el entendimiento y la cooperación entre el bloque europeo y el latinoamericano se hace indispensable, y más si se tienen en cuenta las raíces históricas comunes que comparten estas naciones desde los tiempos de la exploración europea de América.

Las cifras animan a crear sólidos lazos entre Europa y Latinoamérica. El CELAC cubre una superficie de 20,41 millones de kilómetros cuadrados (donde se encuentran algunas de las regiones de mayor diversidad del planeta), albergando una población de más de 655 millones de personas, y representando el 6,2% de la economía mundial.

Por su parte, la UE cubre una superficie planetaria de 4.237.473 kilómetros cuadrados en los cuales habita una población cercana a los 447 millones de personas. Y en materia económica es la tercera economía del orbe, por detrás de Estados Unidos y China.

La cumbre eurolatinoamericana de la capital belga concluyó con una declaración conjunta para hacer frente a los grandes retos y desafíos que viven no solamente estas dos regiones, sino también la humanidad entera, con el fin de garantizar un futuro promisorio a corto, mediano y largo plazo para las generaciones presentes y venideras.

Tareas de aquí y de allá

En el documento oficial final de la  III cumbre UE-CELAC, los países firmantes se comprometieron a combatir “las formas múltiples e interrelacionadas de discriminación y violencia de género”, a promover los principios y derechos laborales fundamentales para la igualdad de género y fomentar la representación y la participación plenas y equitativas de todas las mujeres y las niñas en los procesos de toma de decisiones. Tanto en Europa (con 229 millones de mujeres) como en América Latina (con 310 millones de mujeres) la mayoría de la población es femenina.

Por otra parte, los representantes de los pueblos europeos y latinoamericanos se reconocieron “conscientes de que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar, y de que «Madre Tierra» es una expresión común en diversos países”. Debido a esto se comprometieron también a acelerar la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas; así como a hacer frente a los problemas del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la desertificación; al tiempo que  trabajarán en la conservación de los mares y las fuentes de agua potable. Todo esto, a través de los convenios internacionales puestos en marcha en el seno de la ONU.

Y en materia de relaciones internacionales, el macro bloque birregional se ha comprometido a apoyar soluciones pacíficas y sostenibles para finalizar el embargo de Estados Unidos sobre Cuba, resolver el conflicto de la soberanía de las islas Malvinas entre Argentina y el Reino Unido, superar la crisis humanitaria de Haití, avanzar en el proceso de paz  de Colombia, y lograr por la vía diplomática el cese de la guerra en Ucrania.

Sin lugar a dudas, en este siglo XXI la alianza entre la diversa Unión Europea y la mestiza América Latina está llamada a ser protagonista de un nuevo orden mundial más igualitario, solidario y sostenible, donde sea posible la supervivencia de la humanidad a pesar de los múltiples conflictos existentes, para los cuales siempre hay solución posible si existe colaboración entre los pueblos; tal como ya se demostró durante la última pandemia mundial del COVID 19.

Luis Gabriel David

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