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VENTANA AMERICANA

MUCHO RUIDO Y… ¿ALGUNAS NUECES?

Tal como lo preveníamos en la última columna de “Ventana americana” publicada en Málaga Actualidad, en Argentina “inesperadamente sucedió lo esperado”, el candidato presidencial independiente Javier Milei ganó en segunda vuelta al su rival peronista Sergio Massa, con lo cual se convertirá el próximo día 10 de diciembre en el nuevo inquilino de la Casa Rosada (el palacio de Gobierno de ese país).

El economista histriónico Javier Milei, que inició su vida pública asistiendo a tertulias televisivas disfrazado de Batman, logró capitalizar el descontento gigantesco de la sociedad argentina azotada por una inflación galopante del 138%, y la pobreza desbocada que ya alcanza a 18,6 millones de ciudadanos (más del 40% de la población) tras varios periodos presidenciales de gobiernos peronistas-Kirchneristas (los K, como se les conoce coloquialmente en el país austral), durante los cuales la llamada “Suiza de América Latina” se ha empobrecido y tornado insegura.

Por ello, el 55,6 de los votantes argentinos en las últimas elecciones decidió realizar una apuesta muy arriesgada en favor de un ”Mesías liberal” (su movimiento creado hace dos años lleva el nombre de “La libertad avanza”) que prometió dolarizar la economía, armar a la población para que se defienda de los delincuentes, cortar la financiación estatal de la investigación científica, privatizar la salud y la educación; y no hacer negocios con las economías emergentes de Rusia, China y Brasil. Todo ello con el fin de “volver a hacer grande a la Argentina”.

Además de lo anterior, Milei y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel (nieta, hija y sobrina de antiguos militares de los “años de plomo”), se han dedicado a trivializar, cuestionar y minimizar los crímenes contra la humanidad perpetrados durante la Dictadura. Todo ello hasta el punto de prometer desmantelar el museo de la memoria que se instaló en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en cuyos sótanos se torturó a opositores, simpatizantes de los opositores y supuestos opositores del régimen para después embarcarlos drogados en los “vuelos de la muerte” y arrojarlos vivos al Océano Atlántico.

A partir de ahora todo son incertidumbres en el país de la pampa. Los expertos aseguran que no es posible dolarizar la economía argentina, algo que ya se intentó en su momento durante el mandato presidencial de Saúl Menem. Por otra parte, la educación pública es uno de los pilares fundamentales de esa sociedad, instaurada en su momento por el general Juan Domingo Perón, a quién el mismo Milei admira. Suprimir la enseñanza pública a todos los niveles sería como eliminar los típicos asados de esa nación.

En cuanto a las veleidades y nostalgias de “milicos y carapintadas”, no son más que bravuconadas de una señora de mal perder (la nueva vicepresidenta) cuyos familiares  uniformados fueron judicializados por torturas y crímenes de lesa humanidad. Las nuevas generaciones de oficiales de carrera nacieron y crecieron en democracia, y nada tienen que ver con las dictaduras de la tristemente célebre “Operación Cóndor”.

Además de todo lo anterior, al no tener mayoría en el Congreso de la Nación, Milei tendrá que pactar los apoyos del centro derecha de Juntos por el cambio para poder sacar adelante cualquier iniciativa legislativa, con lo cual desde el inicio de su mandato se encontrará con una mano atada a la espalda.

En conclusión, Javier Milei, un niño que sufrió maltrato familiar y acoso escolar, y soñó de adolescente con emular al Stone Mick Jagger, jugó las cartas del ruido mediático durante varios años para llamar la atención del electorado y hacerse un hueco en medio de los partidos tradicionales. Ahora tiene la misión rebajar la corrupción y hacer algo más eficiente la administración pública de su país. Con eso sería suficiente. No hay, entonces, que esperar milagros, ni tampoco hay necesidad de “llorar por Argentina”.

Luis Gabriel David

Profesor y periodista

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