Imagina llegar a casa después de un largo día de trabajo, abrir la puerta y sentir la paz de tu hogar. Escuchar las risas de tus hijos jugando en la calle o el parque, sin preocupaciones. Salir a dar un paseo sin mirar por encima del hombro, dormir tranquilo sabiendo que, pase lo que pase, tu familia está protegida. Esa es la verdadera libertad. Esa es la base de cualquier sociedad que quiera prosperar. Porque sin seguridad, no hay nada: ni proyectos de futuro, ni estabilidad, ni calidad de vida.

La seguridad no es un tema abstracto ni una simple estadística. Es la tranquilidad de los padres cuando sus hijos salen del colegio, es la confianza de los comerciantes que abren sus negocios cada mañana, es el derecho de nuestros mayores a disfrutar de su pueblo sin temor. Es lo que permite que un municipio crezca en armonía, sin sobresaltos ni incertidumbre. Y, sobre todo, es lo que define el tipo de sociedad en la que queremos vivir.
Mijas es un municipio vibrante, lleno de vida, pero también con retos. No es un secreto que hay quienes han intentado alterar esa paz, que hay problemas que requieren respuestas firmes. No basta con buenas intenciones, hace falta determinación y medidas concretas. Por eso, desde la Concejalía de Seguridad, hemos reforzado la presencia policial en las calles, dotado a nuestros agentes de mejores recursos y trabajado en una estrategia que prioriza la prevención y la acción rápida ante cualquier incidente. Porque la seguridad no se improvisa: se trabaja, se planifica y se defiende cada día.
En el pasado, la seguridad no siempre ha estado en el centro de las prioridades municipales. Hubo tiempos en los que los responsables políticos apenas pisaban la Jefatura de Policía, más allá de alguna visita protocolaria o una foto esporádica. Se tomaban decisiones sin conocer de primera mano las necesidades de los agentes ni las preocupaciones de los vecinos. Hoy, sin embargo, la seguridad en Mijas es un compromiso tangible, una labor diaria que se traduce en mejoras reales para nuestros vecinos. No se trata de promesas ni de gestos simbólicos, sino de trabajo serio y responsable.
Aun así, vemos cómo las necesidades en materia de seguridad no dejan de incrementarse. Prueba de ello son las 4.000 llamadas más recibidas por la Policía Local con respecto a 2023, un dato que refleja la creciente demanda de atención y control en el municipio. Las estadísticas continúan al alza, y por ello debemos seguir aumentando nuestras fuerzas y nuestros medios. Pero esta no es solo una cuestión municipal: también es imprescindible que el Ministerio del Interior asuma su responsabilidad y refuerce la plantilla de la Guardia Civil en Mijas, que actualmente está muy por debajo de lo que debería ser para una localidad de nuestras dimensiones. Esta es una reclamación en la que insistimos de manera constante y desde todas las instituciones en las que VOX tiene representación, porque no podemos permitir que la seguridad de nuestros vecinos quede relegada a un segundo plano.
Quienes velan por nuestra seguridad no pueden estar solos. Merecen respaldo, medios y formación, pero también el reconocimiento de una sociedad que debe ser su mejor aliada.
Porque no se trata sólo de más patrullas o sanciones, sino de reforzar el tejido de respeto y civismo que hace de un municipio un verdadero hogar para sus vecinos.
Los resultados de esta apuesta por la seguridad ya se perciben en el día a día de los mijeños. Más tranquilidad en los barrios, más confianza en las fuerzas de seguridad, una sensación creciente de que la convivencia vuelve a estar en el centro de nuestra vida comunitaria. No porque lo digamos desde el Ayuntamiento, sino porque así lo sienten nuestros vecinos. Y esa es la mayor satisfacción: saber que las cosas avanzan en la dirección correcta. La seguridad no es un eslogan ni una promesa: es una realidad que, cuando se gestiona con seriedad, se nota.
Pero esto no es sólo tarea del gobierno municipal. La seguridad es una responsabilidad compartida, un compromiso que nos involucra a todos. No podemos permitir que la falta de civismo o el incumplimiento de las normas empañen el esfuerzo de tantos. Una Mijas segura no depende sólo de la policía, sino de la voluntad de cada vecino por hacer de este un lugar mejor. No se trata sólo de lo que hace el Ayuntamiento, sino de lo que entre todos construimos día a día.
Sabemos que queda camino por recorrer, pero tenemos claro nuestro rumbo y no vamos a desviarnos. Vamos a seguir fortaleciendo la seguridad, defendiendo el orden y garantizando que nuestras familias puedan vivir con la tranquilidad que merecen. Porque, al final, de eso se trata: de que Mijas sea un municipio donde cada niño pueda jugar sin miedo, donde cada hogar sea un refugio y donde cada uno de nosotros sepa que vive en un lugar que cuida de los suyos. Porque la seguridad no es sólo un derecho: es el fundamento de nuestra vida en común.
Esa es nuestra misión. Y seguiremos cumpliéndola.