Inicio Opinión

El pastel turístico

Si fuera un movimiento sísmico sería de tumbar farolas, nada más hay que mirar los anuncios de las previsiones aeroportuarias y de overbooking hostelero para este veranillo del corriente; datos que prevén una hecatombe de grado insostenible; aunque la bondad científica se devane la sesera con un programa, para aleccionarnos de que parte de la pasta del pastel turístico, retorna en gastos e inversiones en educación y sanidad.

Como siempre que la propinilla no da ni para astillas del bote, gastamos en palabrería inocua toda nuestra verborrea, así la Junta con su  Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo (IATUR), ha desarrollado una herramienta,  más incierta que el metro de un dependiente de una tienda de  telas, capaz de soplarnos cuánto de lo que engorda al sector, se puede esfumar  retornando a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Como don Antonio Guevara, decano de la Facultad de Turismo de Málaga, más su investigadora Marta Lozano, deben  ser gente corriente, sufridoras de la eclosión de nuestro maná al vuelo; han querido decirle a las autoridades con su (SOSTUR), Sistema de gestión para  la transición  a un modelo de turismo sostenible e integrado en el territorio. Muchos perejiles, para informarnos que en 2021, por cada 1.674 euros que se embolsaron, tocamos a un euro para ODS. Por lo que ya se sabe de los estudios previos, a lo más que va para educación y sanidad, es la devolución de un cupón de la ONCE. No sé si tanto conocimiento va a poner las pilas a las autoridades o hacernos cundir en el desánimo; me temo que los faroles del poder, van de feria en feria de turismo, luciendo el alpaca o de boutique para dar bienvenidas. De esa charanga sé, pero no venía en nuestros apuntes del poder, para quién debía ir la repartía por tantas molestias.

 

Curro Flores

Ir ARRIBA