“El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”
He querido comenzar mi reflexión marciana de hoy con esta frase del historiador inglés Arnold J. Toynbee. La desafección política nos asalta a casi todos en estos tiempos extraños que nos tocaron vivir o, peor aún, la afección a organizaciones y partidos que trabajan y exacerban las tripas de la política. Las instituciones democráticas se han convertido en una jaula de grillos malvados e ignorantes, con un bajo nivel político e intelectual. Las redes sociales y la consiguiente universalización de la comunicación podrían haberse materializado en el conducto perfecto para transmitir las ideas e ideologías de quienes nos gobiernan o pretenden gobernarnos. Otrora, son el salvoconducto de los bulos, el descrédito y el odio que rezuma en “noticias” y comentarios.
Asistimos continuamente al bochornoso espectáculo cotidiano de gestores que no asumen responsabilidades, evasores permanentes de culpa, expertos en despejar balones y responsabilizar a otros. Carlos Mazón acaba de dimitir en Valencia tras un año vergonzante, y no lo ha hecho por ética o entonación del mea culpa, sino porque su situación se hacía insostenible para el PP y, tras el lamentable espectáculo ofrecido asistiendo al funeral de estado con motivo de la efemérides de la Dana en contra de la petición de los familiares de las víctimas, no tenía otra opción. Pero no ha convocado elecciones (vaya que las pierda el Pp)…se va, pero se queda en funciones y como parlamentario aforado(vaya que la jueza de Catarroja lo acabe investigando). Se va culpando al gobierno de la nación, faltaría más. Se va porque no puede más, con una baja/no baja médica. Una persona con la más mínima conciencia no podría haber sobrellevado el dolor de más de doscientas familias a sus espaldas sin inmutarse durante un año. Se va haciéndose la víctima, sin pudor alguno. Solo le falta pedir un reconocimiento a su labor. Ante espectáculos como éste uno se pregunta cómo la política ha degenerado tanto, hasta hundirse en el fango más obsceno.
No solo Mazón elude su responsabilidad. En Andalucía, Juanma Moreno Bonilla escurre el bulto ante el escándalo de la falta de notificación de los resultados de los cribados del cáncer de mama. Se hacen declaraciones esperpénticas, recurriendo al paternalismo más naif y vergonzante: no querían generar ansiedad en las pacientes. Se desprecia la salud y el sentido común de los andaluces a partes iguales…
La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer.
Victor Hugo
Porque hoy sigue siendo martes te deseo mucho ánimo y mucha fuerza en estos tiempos reeditadores del feudalismo.
A los que sueñan, aunque sea durmiendo.
						
                                    



