La depuración de la consejera de Salud, a dado lugar a una auténtica crisis de gobernanza, porque poner en manos de don Antonio Sanz la Sanidad andaluza, es elevar una tienta de político al apartado del bombero torero. Nada más dar números de contratables sanitarios, elevación de presupuestos y agilidad en los cribados, se me hizo que un boom saltaba con malicia lisonjera al ruedo esperpéntico del abandono sanitario del gobierno de Juanma.
Eso sí, los magreos de don Antonio ante las cámaras de Canal Sur de corrida de toros extraordinarias a festivales de escuelas taurinas, le habrían dado un apaño, para tener por aprovechable las enfermerías de los cosos más dotados, para ofrecerlas a los 29-barra en las operaciones del SAS que llevan meses de demora. Como la primera en la frente, aunque en el descaro es mejor en la lengua, el consejero Sanz, ha puesto en solfa a las representantes de la asociación AMAMA por su denuncia ante la Fiscalía por la pérdida y borrado de los cribados médicos; surgiendo después un desmentido de la Junta que da la razón a las representantes de AMAMA.
La mala ciencia de los políticos, exige primero negar la mayor, para después restregarse en la menor sus desafueros verbales. La criba política a la corta puede tener buenas nuevas al pueblo andaluz, porque esté en la cuerda floja las encuestas de Juanma Moreno, cosa que, de darse el cambiazo en las urnas, mejoraran los bríos de la salud de nuestro pueblo.
Hace unos días me permití, interrumpir una charlita del presidente de San Telmo, porque con voz lastimera y oficio del excelso rapsoda cartameño González Marín, se ponía teatralmente en el sitio de las mujeres afectadas por los errores y pérdidas en los cribados. Tan ridículo fue, que me imaginé a Netanyahu, gimiendo ante el Parlamento de Israel, por los niños muertos de hambre en Gaza.
