Es difícil de explicar. Diría que sería kafquiano de entender. Y que es imposible de imaginar en una democracia asentada en los pilares de la división del poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. La situación no puede ser más de circo. Pero del circo de aquellos que representan el poder, no de los que en la actualidad lo están sufriendo, que son la mayoría de los ciudadanos, por no decir todos, pues incluso aquellos que después de este espectáculo sigan votando a Sánchez verán atónitos el teje maneje del poder ejecutivo sobre el resto de poderes, sobre todo sobre el poder judicial, al que trata de someter. Lo hemos visto en el caso de los ERE en Andalucía y lo veremos en quienes resulten condenados en esta trama de carácter dictatorial. No es solo amasar fortunas, sino conseguir el dinero necesario para comprar las voluntades de todos los que sean indispensables para lograr la destrucción de nuestra democracia. No basta con comprar a los separatistas; también hay que comprar a quienes representan nuestras instituciones a fin de que se sometan a la voluntad del poder. La manipulación es el arma fundamental de esta banda que gobierna España. No deja de alardear de que nuestra economía va como un cohete. Mienten. Cada día que pasa, hay más personas en el umbral de la pobreza, y cada día que pasa, es más difícil para la mayoría de los ciudadanos llegar a fin de mes sin prescindir de alimentos básicos para la familia. No hablemos de la dificultad de adquirir una vivienda o de alquilarla.
Mientras esta realidad campea a sus anchas por nuestras calles, la corrupción abraza a quienes ejercen el poder con la impunidad que demuestra su ostracismo ante el temor a salir a la calle. Aun así, confían en los resultados de uno de sus pilares corruptos, el CIS para seguir manteniendo al pueblo engañado.
Pero nada de esto importa. Tienen en ese circo del que hablan varias pistas de verdadero calado. La pista del caso de Koldo, Cerdán y Abalos; la pista de Begoña Gomez; la pista de los hidrocarburos en la que ya se ha mencionado al expresidente Zapatero; la pista del volcán de Canarias, de la que ya nadie se acuerda pero que sigue vacía de ayudas; y, por supuesto, la de la tragedia natural de Valencia.
Manipulan de tal manera a nuestra sociedad que se llama asesino a quien nadie ha matado y se gobierna con los representantes de los asesinos del tiro en la nuca. Nada es lo que parece. Es justo lo contrario. Solo hemos de pensar que a este gobierno no le consta nada de lo que le consta a la UCO. Sepamos qué significa UCO. La Unidad Central Operativa es el órgano central del servicio de Policía Judicial de la Guardia Civil de España, encargado de la investigación y persecución de las formas más graves de delincuencia y crimen organizado.
En la esperanza de que las mentiras de este gobierno, sus falsedades y sus diatribas incongruentes, como por ejemplo mezclar a Espartaco con el algoritmo de Max que se aplica en la inspección de trabajo, hagan que la conciencia de los ciudadanos y nuestra democracia salgan fortalecidas después de esta tormenta.
