La OCU con su monóculo fisgón, nos ha chivateado que el alimento que no se debe comprar en los súpers es la natilla, eso en la edad en la que mis piños se desgastan y sus olores de infancia me despiertan, es decir, o vuelvo a aprenderme la receta de mi madre o con gachas, yogurt o arrope me trasporto al Morfeo; porque las que están presumiendo en las estanterías tienen el riesgo de caducar más y más rápido que la verdad. Imagino la tristeza de a mi amigo Diego Vázquez, ante la advertencia a los consumidores de los OCUs, cuando las natillas de sus bancos de alimentos, pueden alegrar a millares de boquitas; él que es en su banca generosa y pródiga el mejor de su oficio, capaz de superar al rey de las finanzas Jamie Dimon maestro mundial en las antagónicas labores de matatías. Pero donde se ha puesto la leche agria es en San Telmo, sede del excelentísimo Juanma, quién ha tenido por mal decidir cerrar el único centro en toda Andalucía para las víctimas de violencias de género con adiciones; muchos creen que es la deuda con VOX por llevarle al alimón hacia la cumbre, pero los más pensamos que esa deuda está más caducada que el camión de natillas, y que la decisión de tan alta magistratura andaluza, pertenece a su acervo político del PP, quienes han tenido como norma cercenar cualquier política de las ayudas del pasado. La desde hoy, secretaria del PSOE de Andalucía, María Jesús Montero, ha señalado en una de sus múltiples entrevistas del ya estoy aquí, que lo importante no es lo que se recauda para el erario, sino el rigor y selección del gasto. Doña Ayuso ha gastado en toros, incluyo sus escuelas taurinas, lo detraído de los impuestos madrileños para la Educación. Es menester ver ahora en que se gasta Juanma la partida de centro de las 25 víctimas, al parecer caducadas.
