Mi amigo de corazón Diego Montañés, siempre médico de los latidos del baloncesto malagueño desde el Caja de Ronda a Unicaja; me wappsea la noticia de que Samir Avdic, exjugador de nuestra club y su compañero entrañable de banquillo, había sido elegido alcalde de Sarajevo, y que era buena ocasión para visitar la capital de Bosnia y Herzegobina.
Me puso al día en el recuerdo del espigado ala-hasta pívot, porque amén de verle en los encuentros, también fisgábamos sus entrenamientos tras nuestros partidillos del siesta-team en Ciudad Jardín en la temporada 93/94. Aunque viví geopolíticas angustias por el tremendo sitio de su ciudad, más largo que el de Candia, no pude saber que el larguirucho que cruzaba la banda a toda pastilla, llevaba la pena negra por dentro pensando en sus amigos y familiares, quizá entre las estadísticas para la Historia de loa más de 100.000 muertos o desaparecidos de su población.
Más de treinta años han pasado, para que el batón de mando, en su caso, la pértiga, por sus 2.06; vaya a manos de sus sueños certeros de hacer encestes de tres puntos, rebotes de alegría en la gestión de sus vecinos y ponga tapones de aúpa para todos los enemigos de la tranquilidad y el desarrollo de su pueblo. Con su añorado entrenador y benefactor, Javier Imbroda; es de los deportistas que han elegido servir a los ciudadanos como representantes públicos; un chute de disciplina, sacrificio y tesón para los despachos.
El señor alcalde Avdic, tiene previsto aumentar las zonas verdes, restaurar los terribles desconchones, acentuar la actividad cultural y para descarrile de jubilados aumentar los carriles bici. Nosotros celebramos el acontecimiento, porque sabemos de todas sus virtudes. Debemos invitarlo al palco del Martín Carpena, para que vea a los tres compatriotas bosnios de la plantilla, hasta de apellido Castañeda. Será una oportunidad de oro para estrechar más los lazos y proponer desde la municipalidad un hermanamiento con su capital.
