Inicio Opinión

Málaga IA

Mi ciudad más I de ilusoria y A de artificiosa, está dando el cante en la IA, por ocupar un puesto  en el TOP de este desparrame tecnológico. El Excmo., don Manuel Alvar, exdirector de la RAE, entre toro y toro, nos ilustraba a los amigos del Capote de Paseo, de que en Málaga, nadie es lo que es, empezando por su elenco literario de la Rota al Silo por oficio.

Mientras desarrollaba, premiado por la  Unesco, el programa de alfabetización más exitoso, para enseñar a parte de los 37.000 analfabetos totales del paisanaje que nos encontramos en 1979. Pedro Aparicio nos puso la encomienda de desarrollar el mejor Parque Tecnológico, a los postres, del sur de Europa; allí los nuevos munícipes populares le pusieron una avenida a su nombre, pero sin portales, para que no le lleguen los emails, ni se pasee el cartero en navidades.

Como de costumbre le acompañé con denuedo en la tarea de terabytes al infinito, no sin soltar alguna sanchada entre tantos sueños del Alcalde, porque como siempre  tomé a ciencia, las verdades del escudero y su fiel refranero, frente a las quimeras del caballero andate. Desde un día sí y al otro también, mi desfibrilador salta de alegría, porque la realidad soñada ha tenido más capacidad que el lastre que vamos soltando vertiginosamente.

Ayer Accenture, una de las guapas multinacionales del ratón que se enseñorea en los viejos terruños de Campanillas, ha decidido que la Ciudad del Paraíso sea una de las seis sedes mundiales para desarrollar el AI Agentic, así la “rueda volante de datos” se enriquecerán a partir de que las aplicaciones de IA interactuen. A doña Julie Sweet, presidenta y CEO de la empresa hay que regalarle un papelón de dulces por su “sweet decisión”.

 

Curro Flores

Ir ARRIBA