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Hijo de Franco

“El mejor y el más grande príncipe es aquel bajo cuyo dominio la tierra es más fértil.”

He querido comenzar mi reflexión marciana de hoy con esta frase atribuida a Zoroastro o Zaratrustra para ilustrar el antagonismo de lo conocido. El rey emérito está promocionando las memorias de un desmemoriado histórico, un libro que intenta maquillar y blanquear la historia de un privilegiado que usó y abusó de su poder. Siempre me he preguntado para qué sirve un rey y más aún qué utilidad tiene un rey inútil, que reina, pero no gobierna. Vivimos con residuos arcaicos, ampulososos status quo que perpetúan los cuentos de hadas de príncipes y princesas frustrados. El rey fugitivo, indultado por los tribunales del régimen franquista imperante en nuestra justicia superior, el amasador de fortunas imperiales, el cazaelefantes y seductor/seducido de/por rubias, ha publicado sus memorias sesgadas. Sin pudor alguno sostiene que es el único español que no cobra una pensión de jubilación tras 40 años de trabajo al servicio de España. El cuerpo me pide hacer una colecta entre sus exsúbditos para que no pase mucho calor en verano( frío con el cambio climático no vamos a tener)… Tengo que confesar que ni he leído ni leeré sus memorias, a no ser que se agoten todos los libros del mundo mundial. Me refiero a la entrevista concedida a Le Figaro en la que asume con normalidad, entre otras cosas, la donación de 65 millones de euros recibida de su homólogo de Arabia Saudí. Esto viene a ser, mismamente, como si tu vecino te regala una cesta de tomates, de huevos o de mangos. La desfachatez nunca viene sola. Asegura, así mismo, que la democracia no vino sola. Está claro que tuvo que morir Franco, su padre espiritual, y que la presión del pueblo español hizo el resto. La democracia llegó, imperfecta pero necesaria, pero los viejos cánones se mantuvieron, entre ellos una institución tan caduca e inservible como la monarquía.  Los derechos de sangre son tan arcaicos como el pleistoceno, o más. Si queremos actualizar y democratizar nuestro sistema político, los reyes no tienen cabida, los arcaicos privilegios económicos de unos cuantos deben desaparecer. La monarquía es una especie refinada de pureza étnica que no caben ya en una sociedad tecnológica y tecnocrática. Se siega la hierba debajo de los pies del migrante pobre y del trabajador(con suerte) asfixiado a la par que se mantienen y sostienen altos estándares de inutilidad monárquica. Y es que Juan Carlos no parió la democracia en este país; fue el sucesor de un Franco que no acaba de morir, que es resucitado impunemente por grupos que añoran la impunidad del horror y dolor infligidos por la fuerza de la fuerza.

Siempre fui beligerante con los que añoran la república del año 31, ya que no se pueden importar ni trasladar al  momento presente épocas fenecidas, pero estoy convencida de que una guillotina política y simbólica sería muy saludable (God save the King)

”Ni el rey comería si el labrador no labrase.”

Lope de Vega

Porque hoy sigue siendo martes, te deseo mucho ánimo y mucha fuerza en esta época medieval postverdad.

A los utópicos desclasados por la distopía.

 

Encarnación Páez

Alma errante

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