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Un gobierno bajo sospecha

Pedro Sánchez alcanzó la Presidencia de nuestro país el 1 de junio de 2018 mediante una moción de censura al entonces presidente Mariano Rajoy y llegó como el gran adalid contra la corrupción, quien venía a salvarnos de ella… Hoy, 2.740 días después, estamos ante un Gobierno bajo sospecha, en una situación nunca vista, bochornosa.

El presidente del Gobierno sigue mirando para otro lado, como si esto no fuera con él… cuando todo lo que está pasando es también su responsabilidad: tres de sus más estrechos colaboradores han pasado ya por la cárcel; su esposa, Begoña Gómez, está imputada; su hermano ya tiene fijada fecha para juicio en febrero próximo por presunta malversación administrativa y tráfico de influencias y con el fiscal general del Estado condenado por el Tribunal Supremo.

¿Y qué podemos decir de que hayan pasado por prisión tres de los cuatro protagonistas de la ‘banda’ del Peugeot? Aquella que recorría España en el año 2017, antes de las primarias del PSOE y que conformaban Sánchez y esos tres colaboradores: Santos Cerdán y José Luis Ábalos, ambos números 2 de la formación socialista como secretarios de Organización; y Koldo García, que custodió los avales de aquellas primarias que ganó, como imaginan, el propio líder del PSOE.

España no puede estar ni un minuto más presidida por Pedro Sánchez. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, llamó el pasado jueves a los españoles a manifestarse sin siglas, de manera abierta y cívica, en defensa de nuestro país. Y ayer en Madrid se demostró que una grandísima mayoría de ciudadanos queremos elecciones.

Tenemos un Gobierno que no representa los intereses de la mayoría de los ciudadanos y a un presidente cercado por la corrupción y que, sin despeinarse, dice que todo es culpa de la fachosfera… Un Sánchez que ataca al Poder Judicial y que utiliza las instituciones del Estado con el único objetivo de mantenerse en el poder. Todo ello pese a que incluso el Consejo de Europa le ha advertido de que respetar las decisiones judiciales es un principio fundamental de la democracia.

Ayer se volvió a demostrar que somos muchos los españoles que apostamos por un cambio de Gobierno. Somos millones las personas que decimos basta al deterioro institucional de nuestro país, las que queremos que en España se fortalezca la democracia y no se debilite desde dentro, como lleva años intentando Sánchez; y que no se ataque a la Constitución Española, la norma que nos ha permitido vivir en igualdad y en libertad.

Los escándalos de hoy no pueden ocultar los de ayer. No podemos ni debemos olvidar la amnistía y las cesiones continuas a los independentistas para seguir en el poder; la presunta financiación irregular del PSOE; los enchufes de las parejas de Ábalos en empresas públicas; el escándalo del ‘Tito Berni’ o de Leire Díez, el ‘Delcygate’, etcétera.

España es un gran país y no podemos permitir que se degrade nuestra democracia y nuestra convivencia, por eso necesitamos elecciones que permitan optar por un Gobierno que se ocupe de lo que de verdad preocupa a los españoles: del aumento del precio de la vivienda (más de un 50% con Sánchez); del incremento de la inflación acumulada de un 22% y una cesta de la compra casi un 40% más cara. Todo ello sumado a que hoy en España pagamos más impuestos que nunca, con una voracidad fiscal que ataca fundamentalmente a familias, pymes y autónomos.

Elisa Pérez de Siles

Portavoz del equipo de gobierno y del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Málaga y del PP provincial

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