Contraposición de dos sentidos sociales que reflejan la enorme brecha que existe entre el poder, en general, y el ciudadano.
Ruido para tapar las bajezas del poder político y económico que sirven para desorientar al ciudadano de los asuntos más importantes que puedan afectarles.
Por ejemplo, el comentado ascenso a general de la Guardia Civil, del militar que hasta ahora estaba al frente de la UCO, y que por ese ascenso dejará de seguir en ese puesto. Probablemente, no sea un premio, sea una forma de quitar de en medio a quien más ha molestado a los corruptos del actual gobierno de nuestra nación.
Ya, el sanchismo promete a Puigdemont que en abril podrá campar a sus anchas por España. Curioso.
Silencio ante los abusos de poder político y económico. Silencio ante la ausencia de las ayudas prometidas en la erupción del volcán en Canarias. Silencio tras la ausencia de ayudas a los afectados en la Dana de Valencia y mucho ruido mediático en la atribución de responsabilidad política. Silencio frente al aumento del porcentaje de familias que en nuestro país traspasan el umbral de la pobreza. Silencio ante la dificultad, cada día mayor, de llegar a final de mes sin prescindir de alimentos básicos. Silencio ante la dificultad de encontrar una vivienda digna en la que desarrollar la vida de personas que la necesitan. Silencio ante el abuso de los grandes propietarios de inmuebles a quienes se les permite desalojar, en los tiempos actuales, a los inquilinos de sus propiedades. Silencio ante la falta de escrúpulos de quienes, defendiendo a la mujer, abusan continuamente de ellas. Silencio ante la financiación con dinero de prostíbulos de las primarias del actual presidente del Gobierno". Silencio de quienes mantienen en el poder a un presidente y su partido que están demostrando el grado máximo de corrupción y de falta de moralidad que ha existido en nuestra democrácia.
Silencio ante tantas situaciones en las que escuchamos frases como “contra la violencia de género, tolerancia cero, o contra la corrupción transparencia” y cada día que pasa hay más corrupción y más violencia de género.
Eslóganes que aparecen en los diversos municipios de la geografía española que cuando entramos por carretera ponen en un cartel “el nombre del municipio, contra la violencia de género”. Y quién no está contra la violencia de género o cualquier tipo de violencia? Y quién no está contra de la guerra? Y quien no está contra la corrupción. Pues todos los ciudadanos que trabajamos honestamente. La moralidad no hay que pregonarla, hay que saber practicarla, y para ello hay que tener una base sólida de formación adquirida a lo largo de los años de escuela, el instituto y universidad. Y eso es precisamente lo que falta hoy. Y sobre esa necesidad social de formación también se guarda silencio.
Nelson Mandela afirmaba que la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo.



