No se confundan ustedes ciudadanos de España que cuando un presidente del sanchismo dice una cosa nadie de ustedes sabrá que es, salvo el propio presidente del sanchismo que lo envolverá en papel bueno o malo según sus propios intereses, que son los que verdaderamente importan. Los suyos, no los de los españoles. El caso Koldo no es nada, es una pura invención de los medios de comunicación y una actuación impropia de las fuerzas de seguridad del estado. Que en el aeropuerto de Bajara estuvieran los mismos que en la trama Koldo, es pura coincidencia. Hombre, no se encontraron en un restaurante Koldo y Abalos de causalidad. Esa causalidad seguro que será usada por los otros para tratar de desprestigiar al presidente del sanchismo. Ese presidente del sanchismo es el mismo que corre continuamente a postrarse ante el rey de Marruecos y que cuando llega a España permite los ultrajes a Sus Majestades y a cualquier otra institución que le haga sombra. Es tanto su ego, que empuja a su propia sombra. Díganme que hace el presidente del sanchismo en el Congreso compareciendo ante la comisión de investigación del caso Koldo. Sencillamente, nada. Bueno si. Hacer ver que el novio de Ayuso, esa chica que preside la Comunidad de Madrid y a la que l gusta tanto la fruta es el mas malo del mundo y que por ello ha de dimitir la Ayuso. La Ayuso, ha de dimitir. La de Hacienda no. Que ha publicado datos secretos de un ciudadano mintiendo al decir que habían salido en la prensa, cuando esos mismos datos salieron cuatro horas después. Esa la Montero no ha de dimitir. La Ayuso, si. Cinco veces en dos minutos el presidente del sanchismo repitió que Ayuso tiene que dimitir. Dicen que vive en un piso comprado durante la pandémia en la que gano comisiones. No dicen que sus relaciones comerciales y de negocios nada tuvieron que ver con las administraciones u organismos públicos. Una vez mas, pienso que cada vez le quedan menos veces para su sobre actuación, hablara de todo aquello que pueda perjudicar a los malos, los de la oposición, son malísimos, pero menos que Sánchez, son mentirosos, pero menos que Sánchez, son manipuladores, pero menos que Sánchez, cambian de opinión, pero menos que Sánchez. Pero aun siendo menos malos que Sánchez forman parte de esa sociedad mayoritaria que forma la denominada fachosfera, palabra acuñada por una progresía que pretende instaurar en nuestro país una dictadura esencialmente capitalista alejada completamente de mejoras sociales y distribución de riquezas, y estando caracterizada por la acumulación de riquezas en quienes nos gobiernen y un empobrecimiento educativo y económico generalizado de la ciudadanía.
Su intervención en el Congreso ha sido de vergüenza. La intervención de la de Hacienda tambie. Manoteos, palmadas y señalamiento a la oposición dirigiéndoles frases de “tu ten cuidado”. Se ha centrado en el atentado del 11 de marzo de hace veinte años. Siempre en el pasado, aprovechando las desgracias del ciudadano para hacer continuamente chantaje emocional. Al presente, no quiere ni referirse, le teme. De hecho, en el presente, lo abuchean. Y del futuro presenta breves pinceladas que acreditan su sumisión a intereses oscuros y la tendencia dictatorial de sus intenciones como pueden ser las relaciones con los regímenes dictatoriales de latino américa y sus continuas idas y venidas a Marrueco. No se sabe por que motivo, el Sahara, no se sabe, tampoco, por que otro motivo no aparece el el entierro de los guardias civiles en Barbate, pero si va a Marruecos y allí en plena manifestación del agricultor español anuncia la aportación de CUARENTA Y CINCO MIL MILLONES DE EUROS para modernizar y ayudar a Marruecos.
Y mientras, los malos son siempre los que no son como él.
Triste historia la de un país que es gobernado por quienes quieren destruirlo. Triste historia la de un país gobernado por mangantes, corruptos, mentirosos y gentuza de la calaña de quienes forman el gobierno que nombra un número oculto de asesores entre los que corren las comisiones, y según frase de algunos de los investigados, para gastárselas en putas. Una vez mas la mentira, perdón el cambio de opinión, respecto a todo cuanto predican.
