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Un instituto muy al sur de Granada

Variopintas crónicas se han publicado por estos días con motivo del inicio del presente curso escolar 2025-2026. Y esta, en particular, se refiere al medio centenario de existencia del IES Ulyssea, instituto de enseñanza secundaria localizado en el municipio de Ugíjar, a los pies de Sierra Nevada, en la zona limítrofe entre las provincias de Granada y Almería, cuya población supera por poco los dos mil habitantes.

El Ulyssea se llama así porque los relatos mitológicos cuentan que el héroe griego Ulises pasó por allí en su regreso al reino de Ítaca después de conquistar con su astuta estratagema del caballo de madera a la pérfida ciudad de Troya, también conocida como Ilión, odisea épica que fue bien narrada por Homero, el helénico rapsoda invidente.

En el año de 1975, hace ya cinco décadas, Antonio Reinoso Cobo, empresario y político local y primer director del instituto, realizó todas las gestiones necesarias con el fin de crear un centro público de enseñanza media para que los niños y niñas ugijareños no tuviesen que abandonar su terruño al terminar la primaria, marchándose a otras ciudades lejanas como Órgiva o Granada para poder continuar sus estudios tras finalizar la Educación General Básica, lo que para muchas familias suponía un gran esfuerzo económico.

Y medio siglo después, gracias a la puesta en marcha de este centro educativo, varias generaciones de jóvenes, no solamente de Ugíjar sino también de otras localidades como Laroles, Bérchules, Válor, Cherín, Yegen, Mecina Bombarón o Mecina Alfahar, que todos los días llegan a clase en los autobuses escolares gratuitos que la administración autonómica pone a su disposición, han podido formarse y obtener una titulación de nivel de secundaria, bachillerato o formación profesional que les ha permitido subirse al “ascensor social” y mejorar sus condiciones de vida.

Trabajar como docente en el IES Ulyssea es una experiencia gratificante e inolvidable. El claustro está compuesto por una treintena de integrantes que es como una familia bien avenida. Casi todos los días llegan a la sala de profesores diversos presentes en forma de queso de cabra, huevos de gallinas libres, naranjas, almendras, habas, bizcochos caseros o vino de la Contraviesa enviados por los padres y madres agradecidos que todavía tratan de “don” o “doña” a los educadores de sus hijos.

El quinto y actual director del instituto, Miguel Muñoz Martín, y también antiguo alumno, afirma que Ugíjar es un lugar donde los profes “llegan llorando, pero del cual luego también se van llorando” y cargados de nostalgia. Y es cierto, ya que por encontrarse “lejos de todas partes” es un destino poco apetecido donde actualmente la rotación de la plantilla docente es del 80% en cada curso escolar, sobre todo desde que se puso en marcha la comisión de servicio por residencia en una localidad que ha hecho que muchos profesores y profesoras destinados allí nunca lleguen a poner un pie en el centro. 

Miguel es un docente cien por cien vocacional, capaz tanto de redactar un proyecto para convencer a la Consejería de Educación de la necesidad de crear un nuevo ciclo de formación profesional en la localidad, como de coger un taladro para hacer él mismo las reparaciones que hagan falta en el instituto. Para el profesorado, más que un director es uno de los mejores compañeros que se pueden tener en esta noble labor de la enseñanza.
Al IES Ulyssea de Ugíjar se arriba con el libro de Gerald Brennan, “Al sur de Granada”,  bajo el brazo como guía de supervivencia. Pero, al poco se descubre la hospitalidad de su gente, el oído se hace al sonoro acento de apertura vocálica y modismos alpujarreños, se descubre el bajo precio de los alquileres y el asequible nivel de vida en comparación con las grandes urbes, se empiezan a hacer rutas de senderismo con los compañeros por ese maravilloso entorno natural, se disfruta de la gastronomía local con sus migas y sus tostadas de jamón curado en la sierra, se comparten las noches de karaoke solo para profes, se realizan excursiones a la nieve con el alumnado al Puerto de la Ragua o se les lleva a visitar la Casa de García Lorca en Fuentevaqueros, recorriendo para ello la carretera de sinuosa curvas de Torvizcón. Asimismo, se participa en las reuniones del Consejo Escolar donde el representante del Ayuntamiento es el propio alcalde (actualmente Federico López Maldonado, antiguo alumno, ni más faltaba); y se viven tantas otras experiencias memorables. Sin embargo, hace falta aumentar los incentivos para que el instituto consolide una plantilla estable con un profesorado que decida instalarse allí y no esté solamente de paso.

Por otra parte, también es cierto que el fenómeno de la España vaciada está haciendo mella en Ugíjar. La población escolar del único instituto de la zona no supera hoy en día los 300 alumnos, con lo cual todas las modalidades de primero y segundo bachillera del Ulyssea se han concentrado en un solo grupo de primero y otro de segundo. Solamente la educación pública puede cumplir con la labor de no dejar a estos adolescentes sin posibilidad de estudiar. Ninguna iniciativa privada asumiría esta vital misión.

Coincidiendo con la efeméride del Ulyssea, se le hizo un merecidísimo homenaje al profesor Manuel Rodríguez Reinoso por su jubilación. Eterno jefe del Departamento de Lengua y bibliotecario del centro, Manuel es un representante de esos profesores rurales, eruditos y bondadosos, volcados en dar lo mejor de sí a sus alumnos y alumnas para que estos puedan alcanzar sus metas y hacer realidad sus sueños.

Por todo lo anterior, la Administración debe facilitar el relevo generacional docente en estos lugares para que todos los niños y niñas que viven en los pequeños municipios, pedanías y cortijos también puedan tener acceso a una educación de calidad.

Luis Gabriel David

Profesor y periodista

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