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Las cosas de las palabrejas, cuando el término Ayuso ha adquirido su máximo significado en el territorio de oso madroñero; el vocablo histórico ayuso cayó en desuso, con su significado latino ad deosum hacia abajo. No soy palabrero, pero vale la gracieta. La Excelentísima clueca, de más impoluto reinado en su ínsula madrileña que, el desgraciado Sancho Panza perseguido por corrupción en la suya, ha puesto el grito en la Almudena, porque la Fiscalía le ha metido los deditos en la cartera de su pareja don Alberto González, Albertito por Feijóo, y González para pullas a su diana en la Moncloa. Al parecer el amado don Alberto ha sido contagiado, según papeles timbrados, por una bandita de Fu Manchú que menudeaba con las mascarillas; según las escrituras un piso de un millón de maduros en ganancias, más trescientos y más de comisión a la buchaca, por lo que el PSOE, Más Madrid atosigan preguntones a la presidentísima. Isabel dice que -ni, no montan tanto, a pesar del Canal; y como buena pepera acusa a los malignos sociatas de que le están montando una campaña a lo Gúrtel. Si alguien me lee y a lo más me entiende, sabrá que no es santa de mi devocionario la líder de los madriles, más creo que de mi sorna, pero peor me cae por mi alto respeto a la representación pública que en su modelo deflacta. Sociata, por edad, cuasi histórico, por condición y oficio no expulsable por putero, desde que doña Ayuso, se desboca en como el significado de su vocablo ayuso -hacia abajo-; presumiendo que se volverá a presentar a ocupar la presidencia a pesar de todo, me temo que los míos que pudieran ganar en algo, me hagan una gallegada, jugando a Más Madrid, para conformarse de cascarilla a ocupar el tercer puesto con un insignificante número de votos.

Curro Flores

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