Increíble la hipocresía de quienes hoy mandan en la sociedad. Estimada Karla tenías razón en todo cuanto dijiste en unos comentarios que hoy te han despojado de todo aquello por lo que has luchado, a excepción de la libertad. No se te puede quitar la razón cuando en una sociedad que dice defender los derechos de los transexuales se les ataca y defenestra por haber usado la libertad de expresión manifestando lo que tú crees que es la verdad y a los hechos me remito. En uno de esos comentarios dice: “El islam se está convirtiendo en un foco de infección para la humanidad que hay que curar urgentemente”. Basta recordar en este apartado los ataques que se realizaron a la revista francesa Charlie Hebdo por ejercer sencillamente la libertad de expresión satirizando a la religión musulmana y a su profeta. Dices en otro, "Perdón, ¿es mi impresión o cada vez hay más musulmanes en España? Cada vez que voy a recoger a mi hija al colegio hay más hembras con el pelo tapado y el faldón hasta los talones. Lo mismo el año que viene en vez de dar inglés tenemos que dar árabe... y un cordero". Falsos, somos falsos, fariseos, judas, sofistas. Ese comentario refleja el mismo sentir ciudadano que cuando hoy decimos que vemos muchos musulmanes en los centros de salud, en los colegios y en los comedores de sociales y de Cáritas y ninguno en Hacienda.

Estimada Karla el primer Oscar lo ganaste al dar el paso de cambio de género, el segundo en luchar por el ejercicio de una profesión artística y el tercero lo acabas de ganar cuando quienes han reconocido tu arte y profesionalidad hoy te dan la espalda convirtiendo, lo que ello dicen que son ideas de progreso en dictámenes dictatoriales al servicio de una religión en la que los principios de libertad y de las mujeres, y en la que por supuesto no existe posibilidad de cambio de género, son pisoteados diariamente.
Donde están las feministas. Donde los miembros de la LGTB. Donde están los que dicen defender la libertad. Donde los que permiten la libertad de expresión frente a todo y hoy callan.
Pero hay algo más. Tu ausencia te hará estar más presente que si allí estuvieras. El arte y la profesionalidad artística no tienen género ni signo. Y tus compañeros sufrirán en silencio la ignominia contra ti y tu profesionalidad y no olvidarán que mañana pueden ser ellos el objetivo de cualquier injuria por expresar su opinión.
Pregunto: que hubiese ocurrido si esos comentarios los hubiese realizado en contra de la religión Cristiana. No hubiese ocurrido nada. Absolutamente nada. El Cristianismo es la religión de la libertad. Te puedes cagar en Dios, en una entrega de premios y no pasa nada. Todo lo contrario, aplaudirían tu libertad de expresión y hasta podría formar parte de los comentarios más alentadores de tu trayectoria profesional.