La Junta de Andalucía ha vuelto a hacer lo que mejor se le da cuando se trata del interior malagueño: anunciar a bombo y platillo lo mínimo como si fuera lo máximo. Esta vez, el titular es la licitación del proyecto técnico para desdoblar el tramo Casapalma–Cerralba de la A-357. Un mísero fragmento de carretera, de apenas 4,5 kilómetros, presentado como un gran paso adelante. ¿A quién quieren engañar?
La realidad es que esta carretera, esencial para miles de personas que viven, trabajan o transitan entre Málaga y Campillos, lleva décadas ignorada, degradada y tratada como una vía secundaria por parte de la administración autonómica. Mientras se inyectan millones en nuevas conexiones para el litoral o la capital, el Valle del Guadalhorce y el Guadalteba siguen esperando una autovía digna. No por capricho, sino porque el tráfico lo exige, la seguridad lo reclama y el desarrollo económico lo necesita.
Hablan de compromiso desde la Junta, pero ni hay cronograma, ni presupuesto global, ni plan de fases para el desdoblamiento completo de la A-357. Solo hay un nuevo anuncio, como los muchos anteriores que acabaron durmiendo en cajones. Porque ese es el patrón: anunciar sin ejecutar, prometer sin cumplir, y cuando la presión social aprieta, soltar un titular para ganar tiempo.
La Junta no solo ha fallado en invertir donde hace falta: ha fallado en entender que una infraestructura como esta no es una obra cualquiera, sino un factor decisivo de igualdad territorial. Cada día de retraso supone más atascos, más accidentes, más ambulancias bloqueadas camino del hospital del Guadalhorce, más empresas perdiendo competitividad y más vecinos sintiéndose ciudadanos de segunda.
La licitación del proyecto Casapalma–Cerralba es un gesto tardío, parcial y claramente insuficiente. Lo grave no es que se actúe poco, es que se finja que con eso basta. Lo grave es que después de años de pasividad, la Junta tenga la desfachatez de presentar un simple trámite administrativo como si fuera una obra histórica. Lo grave es que se sigan tomando decisiones desde el litoral sin escuchar lo que grita el interior.
No se trata de política partidista, se trata de una falta sostenida de voluntad política. Y la responsabilidad es clara: la Junta de Andalucía ha tenido tiempo, competencias y recursos para hacer de la A-357 una verdadera autovía. No lo ha hecho. Y hasta que no presente un plan completo, con fechas, inversión y tramos definidos, todo lo demás seguirá siendo propaganda.
