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BENDODO JONES

Hoy es día de mi cumpleaños, me lo sé, tengo papeles de familia y generosos amigos que me han felicitado por el tilín del móvil desde todas las madrugadas del mundo; estoy muy  agradecido a todos, más en este año que puedo contarlo con mi nueva pandilla de stens. Mi madre, era tan buena modista, que al pitido de pandemia, hizo mi  mascarilla autónoma a precio de retal: claro que como ella no vestía ladrones para taparles el rostro y tener las medidas de sus caretos, sino talles, espaldas, caderas, pechos y mangas de señoras de pitiminí, mi adminículo era un taparrabos para enmudecer en el Súper. El malagueño Elías Bendodo que tan plácido estaba en la Diputación de Málaga, excepto cuando al Conejo se le torcía el jopo: sus huellas en la Junta están dejando la estela del misterio y la duda, estando investigado por la Fiscalía Anticorrupción, cosas de las compras de pandemia; pero aunque uno le puede desear lo mejor por paisanaje, visto que es más lenguaraz que Vinicius repartiendo culpa a los míos, le deseo su tanto, para que le ponga sordina provinciana en los madriles. Como una aventura se tiene que buscar, para continuar su serie de cine de barrio; ha elegido un facilito, el ministro Puente, más peligroso hablando que el del río Kwai; don Óscar, ministro de Mudanzas a transporte pagado, lo tienen los del PP enfilado, para que descarrile con el trazado del tren eterno hasta Marbella; míster Bridge en el Sur in English, visto el cacareo, ha dado la augusta respuesta que en el Ministerio andan cortito de papeles de la ampliación del Cercanía de la Costa del Sol. De libro, Bendodo Jones se ha ido al Arca Pérdida, donde ya figura  en las tablas de Jesús Gil, demandando una Estación para el pueblo prometido, para poner al Chori de Gunilla y Jaime de Mora a los mandos. Rebuscando sé que la amiga de Rajoy, ministra Ana Pastor, quería alargar las vías, pero el anteproyecto de la Junta presidida por Manuel Chaves, era tan costoso en tierra y pasta, que eligió mandar los planos al archivo de los locos, para que se agarren al disparate los Francisco de la Torre, al que Magdalena Álvarez le puso un AVE.

Curro Flores

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