El poder es una fábrica de desdenes, porque sus afectos pacemos en vanagloria; así no se me quite la defensa encendida a Pedro Sánchez, Odiseo acontracorriente en el PSOE y las encuestas: para cuidarnos la paguilla a los jubilados, hilvanar los disgustos de la “España invertebrada” y ponernos nuestro PIB como ejemplo al Orbe enrojecido.

Lo que me tiene aspaventado me pilla en el Portal de Belén a misiles con los persas, y espero que de oca a oca, no nos lapiden con sus peligrosas ondas bélicas. Incrédulo le rezo a mi señora de la Paz, para que los del Corán y la Torá apaguen su candela. Ajeno, les di el pase a las informaciones que afectan a mi partido, en la línea de la “orza” que mantiene a nuestro velero militante; dos secretarios de organización de la Casa del Pueblo mayúscula de Ferraz, se han visto concernidos por sus censurables artes e indiscreciones; la cosa al principio la puse de ser un enharinado, para freír un poquito más a nuestro presidente; por el machito que tocan los adversarios para desahuciarnos de la Moncloa. Pero imparable la cosa, me llevó de la vergüenza al sofoco.
A veces he tomado a chacota, el hecho de que algún amigo enfundara cátedra de Ciencias Políticas, porquepor más que me devanara los sesos clandestinos, aquellos tomacos políticos, me fraguaron en más creencias imposibles que los libros de caballería; siendo mis improvisadas y repetitivas acciones en mis edilicios, los tics de la única parte parecida a Ciencia, pero nada concienzuda.
El temita de marras es que nuestro Pedro ha pedido perdón, desde su más alta estancia, por las cuitas de sus secretarios de Desorganización; ahora ya no estamos en echar un pulso a nuestros líderes de antaño, bocazas discordantes; ahora son nuestras soledades y apliquemos el parche del pensamiento práctico de Maquiavelo, que le da al poder la única esencialidad de saber nombrar y cesar sus edecanes, y ahí se ha fracasado estrepitosamente.