En la situación social en la que se encuentra España es la expresión que puede significar el pensamiento y sentido de un mayoría contundente de ciudadanos. No cabe mas presunta corrupción ni mas desgobierno. De no ser así y tener los que gobiernan la seguridad de que lo están haciendo bien y que se sienten arropado por los ciudadanos el gobierno convocaría elecciones para afianzar su postura y acallar lo que ellos llaman ataques de la derecha y ultra derecha. Pero no es así. Desde que el sanchismo se apodero del Partido Socialista Obrero Español, no ha hecho otra cosa que destruirlo para ponerlo al servicio de Sánchez. Conseguido la destrucción del partido, el próximo paso es la destrucción de la democracia. Una destrucción que la estamos viviendo, atónitos, la inmensa mayoría de ciudadanos que ve como mientras que llega la temida fecha de las elecciones generales el gobierno no cesa de realizar movimientos tendentes a someter la voluntad popular. En las ultimas elecciones fueron los catalanes y vascos quienes le apoyaron para llegar al poder.
A partir de las próximas, en caso de celebrarse, difícilmente un gobernante que sabe que no es bienvenido en ninguna parte a la que se asome del territorio nacional, es consciente de que no tiene margen para ganar unas elecciones,hará cuanto sea necesario para seguir en el poder. No le importa el medio o la forma. Tiene que mantenerse en el poder pues en caso contrario puede ver a los suyos condenados. No hay palabras para describir los últimos acontecimientos. Pero quizá sea mucho peor la reacción del gobierno tras haber sido pillado in fraganti tratando de destruir la UCO para desprestigiar su trabajo ante la justicia y la ciudadanía. Da la impresión de que aquella frase de Rajoy a Barcenas, Luis se fuerte, este gobierno la está mejorando. Es como decirle a los presuntos corruptos de su cuerda: no os preocupeis que para cuando vosotros seais juzgados en ultima instancia los nuestros seran vuestros jueces. Mientras lo que hay que hacer es seguir destruyendo los pilares de la democracia. Y sobre todo no salir. Que no vean a Sánchez. Si lo ve la ciudadanía lo abuchea y lo increpa y ese mal rato hay que quitárselo. El está en otros lodos y en otros fangos. Hay alguien que esté medianamente conforme con su gestión. La económica. Por Dios, que le pregunte a los que pasamos el quinario para llegar a fin de mes. A los que por mas que suban el SMI mas suben los bienes básicos de consumo. A los que con el salario deben dedicar mas del cincuenta por ciento a pagar una renta. A los que no encuentran trabajo. A los pobres, que en el pasado año existía un veinticinco con ocho por ciento de la población en riesgo de pobreza.
La ciudadanía esta adormecida. Los acontecimientos la desbordan. Es incapaz de asimilar tanta tropelía por alguien que no ha ganado ni una elección y con el mayor desparpajo conocido acusa a la oposición de hacer todo cuanto el y los suyos planean meticulosamente. Tanto es así que juegan con la ciudadanía disfrazándose de victimas y aparentando ser héroes. Necesitamos las urnas. No podemos confiarnos. Tiene el poder del censo de inmigrantes a los que quiere legalizar rápidamente. Puede que su número afecte en las urnas, no para ganar unas elecciones, sino para sacar votos y unirlos a las demás minorías como ahora. Cuando pase esta fase de nuestra democracia la recordaremos como un nuevo triunfo democrata frente a un intento dictatorial de quienes hoy nos gobiernan.