Demasiados años mirando hacia otro lado. Demasiados años en los que la seguridad de los mijeños fue ignorada, abandonada y maltratada por gobiernos que hablaban mucho y hacían poco. Hoy, mientras al fin se actúa, es cuando algunos alzan la voz. Porque finalmente se invierte. Porque finalmente se hace lo que otros jamás se atrevieron a hacer.
Estoy tan de acuerdo con que Mijas cuente con todos los medios que necesita, que no hacemos otra cosa que trabajar, cada día, para levantar una estructura que nadie antes se preocupó de que estuviera a la altura. Porque Mijas no es un pueblo más. Es un gran municipio que llevaba demasiado tiempo olvidado por los que gobernaban y aplaudido sólo cuando tocaba hacerse una foto.
No nos van a dar lecciones los mismos que permitieron que nuestros agentes patrullaran con según qué vehículos. Que los bomberos trabajaran en una nave alquilada temporalmente durante 22 años. Curiosa temporalidad. Tampoco quienes permitieron que la seguridad fuera tratada como un gasto, y no como una obligación más que necesaria. Ellos fueron parte del problema. Y ahora que estamos solucionándolo, se atreven a señalarnos a nosotros.
No hemos venido a seguirles el juego y no hemos venido a callarnos. Hemos venido a hacer lo que hay que hacer. Por eso hemos impulsado la mayor inversión en seguridad y emergencias en años. Más de un millón de euros aprobados, y medidas ya en marcha: chalecos antibalas, motocicletas nuevas, drones, cámaras personales, centro de comunicaciones, vehículos de bomberos y mucho más. Porque cuando uno gobierna con responsabilidad, los cambios se notan.
Algunos se ofenden cuando se les recuerda —con educación, con datos— que este desastre no lo hemos causado nosotros. Lo hereda este gobierno. Pero nosotros no nos quejamos: actuamos. Y eso, a quienes han vivido demasiado cómodos entre la inercia y el silencio, está visto que les duele.
No vamos a parar. Porque gobernar no es una pose, es un compromiso. Y porque Mijas merece estructuras fuertes, servicios eficaces y políticos que no salgan corriendo. Merece políticos que den la cara.
No es fácil de explicar —y mucho menos de hacer entender— que uno de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos es una estructura administrativa heredada que, por su lentitud y rigidez, dificulta incluso lo urgente. Es una realidad incomprensible para muchos vecinos, y con razón: no hay lógica que justifique que un municipio como Mijas arrastre aún procedimientos y dinámicas impropias de su tamaño, de sus necesidades y de su potencial. Pero esa es, precisamente, una de las batallas que también estamos librando cada día, desde dentro.
La seguridad de nuestros vecinos no será nunca más una asignatura pendiente. No mientras VOX esté en el gobierno.
