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EL APETITO INFORMATIVO

El gran magnate de la prensa británica, Lord Northcliffe, repetía a sus plumillas que había cuatro temas de interés para enganchar a los clientes: delincuencia, amor, dinero y comida. La comida no debe faltar aunque escasee el Money, para eso tenemos los bancos de alimentos y se tira la vitamina C por las calles desde la tractorada; el amor a pesar de los programas de corazón, alcanza su candidez informativa; pero la mandanga apocalíptica se la lleva el mundo del delito, que como la bruja de Blancanieves, elige la forma de decir que es el más guapo; como aquellos de los desafíos malacitanos que se perdieron, para las costumbres percheleras, de destriparse con la faca a la puerta de una de las mil tabernas, frente a la librería no hay caso. Jack el Destripador y James Moriarty, dan para mucha monserga británica, pero nuestros guapos y demás sospechosos habituales, dieron paso a las escuelas taurinas, por eso de enterrar nuestras tradiciones bárbaras de la piel de toro. Me gustaría escribir recetas de cocina, pero cunden más en los papeles que los folletines medicinales; de casorios cero, pero menos en papel salmón, porque para errar y engañar ya existe el oficiante de la ciencia económica. Presa del desaliento, salto el tropel a los maniatados a una columna de disciplina editorial, para enfangarme en el rosario de noticias actos criminales: después de familiares asesinados, crímenes machistas, alijos descubiertos y demás hecatombes cotidianas; el rayo de esperanza está en el crucigrama, porque el poco caballeroso Luis de la Fuente, nos ha quitado la parte de Díaz de Brahim, para que se ponga la camisola de Marruecos; de nuestro chaval en el Real Madrid nacido y criado en Málaga, ya conocemos sus méritos, del seleccionador nacional sus aplausos de fervor al ínclito  Rubiales. A Mr. Northcliffe se le perdió la pelota.

Curro Flores

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