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Cónclasves a la búlgara

Todor Zhivkov, abuelete en comandante y jefe del Partido Comunista Búlgaro hasta 1989, por tener pedigrí de partisano al disimulo y rellenarle la pechera al medallero de Brezhnev, se hizo la fama de ganar unanimidades a la fuerza con el yugo soviético; por eso, el dicho -Congreso a la búlgara, adquirió más titulares que las Cortes Orgánicas uniformes del Sapo Iscariote que nos tocó en suerte a los españolitos. Mientras se vaciaba Madrid por vacaciones, Feijoó y Sánchez convocaron a los devotos al tueste madrileño. 

El Ciclón del Finisterre tenía que vaciar la Cuca, para hacerse a medida el vestuario de campeón, sin otra jugada en la pizarra que la estigmación de Sánchez. La fábrica de odio por su creída España, no ha tenido más vuelo que el banquillo de los tontos, porque la suma social de la Invertebrada tiene más chance que su erre con erre, pero mientras dure el reskoldo, el gran patinazo, será la mella frente a los  aciertos económicos y políticos del gobierno. L

os analistas, salvo la salva a los votantes de VOX, no han encontrado trazas de su programa, a excepción del declive social de los más menesterosos. Pura insistencia de lo que se sabía por sus votaciones con los abascales, contra nuestra supervivencia y el progreso de  políticas sociales. Así que se necesitaba una fumata a la búlgara, adobada como la morcilla de Burgos, para que don Alberto llegue dando trechas al intercambiador de la Moncloa, por si se bate con Pedro. 

Dos doncellas ataviadas a lo Iron, pregonaban: -¡NO TE VAYAS!, frente al portal de Ferraz, en el encierro lloroso de los vicarios acordes, con una sola págena de discordia. Más cercano, en tierras de vacancias, la disonancia política de la algarabía española en bañador, vaga sus comentarios contra los poderes con desagrado e indiferencia, alegrando el buche con un poquito de sangría.

 

Curro Flores

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