Leía en ABC la palabra “purga” de vulgar estalinismo, aplicada a la expulsión del PSOE del señor Redondo Terreros; no deja de ser curioso, ya que en la historia singular de este periódico durante el franquismo, tuvo su editorial de servicio como purgante del Régimen, contra cualquier desvío democrático, aúlla la tinta negra impresa de su hemeroteca. Pertenezco a la militancia socialista desde antes que se pudiera, provenía de la democracia cooperativa; siempre me llamó la atención en nuestras asambleas los excesos anárquicos, frente a la normativa estatutaria, cosillas de la mala formación de la época. Después, en el periodo pre Cambio, la rigidez de la cocina, comandada por Guerra; en la que si te movías, solo podías salir en la foto del pasaporte. Dice bien Felipe González, de no haber expulsado a Redondo senior, después de la ruptura del Pacto del Betis, nacido en Surennes: el vasco al Sindicato y el sevillano al Partido; Nicolás organizó la primera huelga general, contra su Gobierno socialista, gran anatema; pero no hubo que echarlo porque nos había dejado y fastidiado; aunque para alivio se encontró, para no perder la “O” de obrero, ante tanto funcionario y profesional liberal, la corcuerización de nuestra secretaría Sindical ¡eureka! En estos días de solivianto pre gubernamental, todos los condimentos están ajados, a derecha y a izquierda, según mercado. Por eso el empeño sin fin de sacarle los colores a Sánchez, con alguno de sus afamados afines, pasados de rol disciplinario. El señor Redondo Jr. hace tiempo que se viene pasando de rosca, sin ser nada ajeno a sus obligaciones de su casi prenatal militancia, por lo tanto bien aplicado el VAR. Lo que me ha dejado sorprendido es la confesión del voto juliano del señor Joaquín Leguina, depositado al PP, pensé que le quedaban cristalitos contra ellos, por ser sus opositores implacables, durante su mandato como presidente de la Comunidad de Madrid; creía que don Joaquín, otro amuleto de la derecha, su deriva le llevaba a simpatizar con VOX
