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LA CITA FANTASMA

Con grisáceo moroso, no me sacudí una convocatoria de la Fundación Unicaja, que sin orden del día incierto te llamaba a su sede obispal; tentado estuve de utilizar una de mis caretas de antifaz carnavalesco, porque de nazareno no usé capirote, para que no se me viera con careto de “primus inter nones”. Por ser vos quién sois, se repartían a jolgorio saludos en el patio sinodal, los más avispados de la sociedad malacitana sin mitra: desde los de mens sana, aunque creativa, y corpore internacional deportivo, a los de misericordiosa trascendencia social. Exitazo  de la cita para el espía que surgió de la sequía, para que a las 10 del puntualísimo presidente, don José Manuel Domínguez, nos despejara incógnitas desde el atril; así  que el secreto mejor guardado, era el cambio de look de la imagen corporativa, que desde la edad de Cristo, 33 años, tuve a bien representar en la Fundación como patrono. En fin, nadie puede pretender que no te arrollen los signos de los tiempos, más que algunos estábamos para -sopita y buen vino-. Así que el logo que surgió del magín publicitario, de un iros a tomar fresco con el abanico verde las cajas conjuntadas; se convertirá en trébol trigonométrico, con las varillas perdidas, en un verde rocío del amanecer de los pejuares andaluces; cambio de letras y colores, pero no de devociones. Los que estamos al loro, después de estar marcados por una coctelera de imágenes de –marca-, dimos por bien entendido que no barriera la discreción el -boca a boca-; he conocido facinerosos expertos en seguir el surgimiento de un nombrado acontecimiento social, para inscribirlo a su nombre en el Registro de Patentes y Marcas, por eso de ser la llave del Cante o la Serenata del gatito. Deseo el mayor de los éxitos al trebolito de esperanza social, cultural y deportiva; nace en manos dedicadas y delicadas. para seguir reviviendo nuestra sociedad.

Curro Flores

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