Ayer en la Misa se repitieron las pistas políticas del cariño que le tomaron los judíos a Jesús, el Evangelio iba del mal rato que se llevaron los mercaderes que negociaban en el patio del templo de Herodes, expulsados después de impuestos; también me iluminó la Nube de que se conmemoraba a San Emeterio mártir, patrono de Calahorra. No sé si cunde tener un amigo crédulo que me ilustra con su fervor a la Hagiografía y lecturas del martirologio diariamente; pero lo tengo en favor, porque también tiene entre sus encomiendas zaherir a Aznar: con su pasión sagrada por chismorrear en la Red, me pone al día de su escuela de milagritos FAE y chanzas antisociatas del figura. Ayer pues, con 20 años de retraso, visioné la entrevista al presidente Bush y su esposa Laura, ofrecida en exclusiva a nuestro corresponsal en Washington de Televisión Española, Lorenzo Milá, en la Embajada Española el 12 de marzo; a la que fueron a expresar sus condolencias al pueblo español, tras el terrible atentado islamita en Madrid del 11M. El documento es tremendamente expresivo de los sentimientos de solidaridad y de aflicción del matrimonio Bush con nosotros en representación del pueblo Norteamericano. La curiosidad está abierta en la grabación, puesta a disposición tras una veintena de años por la Tele, la nuestra; -con comentarios del señor Milá y el embajador excelentísimo Javier Rupérez-, pero no da el careto aquél Alfredo Urdaci, director del medio oficial entonces. El amigo americano, suele poner en las páginas presidenciales todas las noticias que acaecen a su presidente en los medios extranjeros, pero se quedaron cuajados porque los hispánicos le habían censurado la primicia. Recuerdo que gobernaba un tal Aznar, al que bien pone en sus palabras su amigo George en el video, que en sus dominios se fraguó la doctrina de la autoría de la masacre por ETA, para no fastidiar la jornada de reflexión de Rajoy; que conocemos a muchos personajes abonados al gran engaño y, a tantos más que como en el 23F la historia no los absolverá. Este atropello a la libertad de expresión, para no crear sombras de dudas, ante las respuestas del exmandatario yanqui, sobre el origen de los criminales en los televidentes, me dice todo y demasiado mal de Josema, cantamañanas de la Sociedad Libre, y un muchito de Lenin, el de –“libertad para qué”. Cáspita, ¡viva la Constitución!
