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VENTANA AMERICANA

SIEMPRE NOS QUEDARÁ GABO

En medio de tanta noticia desesperanzadora y aniquiladora de ilusiones, esta semana los medios de comunicación “apocalípticos y desintegrados” han hecho un hueco en sus titulares para reseñar la publicación póstuma de la última novela de Gabriel García Márquez, el escritor colombiano galardonado en 1982 con el Premio Nobel de Literatura, quien falleció en 2014 dejando un sinnúmero lectores huérfanos de las fabulaciones mágicas del narrador caribeño.

“En agosto nos vemos” es el título de la novela corta que Gabo (hipocorístico del afamado narrador Gabriel José de la Concordia García Márquez) empezó a escribir a finales del siglo pasado, pero que no terminó nunca de corregir debido a que el deterioro de las facultades cognitivas en sus últimos años de vida le impidió hacerlo.

Un década después de sus desaparición de este mundo terrenal, sus hijos y albaceas literarios, Rodrigo y Gonzalo García Barcha han decidido, conjuntamente con editores y académicos expertos en la obra garciamarquiana que este manuscrito merecía ver la luz y hacer felices a todas aquellas personas que en su momento disfrutaron con la mítica “Cien años de soledad”, u otras de sus novelas como “El otoño del patriarca”, “Crónica de una muerte anunciada” o “El amor en los tiempos del cólera” (el texto preferido del propio autor).

Por supuesto que no han faltado las voces críticas que acusan a los herederos de rebuscar en el cajón de los borradores del novelista oriundo de Aracataca con el fin de exprimir económicamente hasta la última palabra de su legado literario. Sin embargo, la decisión ha tardado muchos años, después de un cuidadoso trabajo de edición y buscando que no se afectase en lo más mínimo la imagen de este escritor que ya se ha ganado un puesto en el Olimpo de la literatura clásica.

Y es que es innegable que en el mundo editorial existen muchos ejemplos de obras que fueron publicadas después del fallecimiento de sus autores, sin desmerecer en lo más mínimo con respecto a las creaciones anteriores de los mismos. Tal es el caso de “América”, de Franz Kafka; “El primer hombre”, de Albert Camus; o “La conjura de los necios”, de John Kennedy Toole, quien se suicidó convencido de que había fracasado como escritor.

Todavía sin haberla leído, podemos aventurar que “En agosto nos vemos”, una historia sobre el amor y otra vez con una mujer como protagonista (como ya ocurrió con “Del amor y otros demonios”) no dejará indiferente a nadie, y el hijo del telegrafista volverá a embelesar al respetable público lector con su prosa embrujada.

Finalmente, Gabo, nos veremos en marzo.

Luis Gabriel David

Profesor y periodista

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