Ayer, The Objective, señaló que España es el principal exportador de cannabis en Europa, sin embargo, el país ibérico es además el punto desde el cual operan los cárteles de la droga para distribuir todos los alijos de droga que llegan por diversas vías para después ser enviados al resto de Europa y de Asia.
Este problema de la droga ha ido escalando con los años en el país ibérico. Parte de mi novela El Club de la Naftalina marca en el tiempo cómo comenzó a llegar la droga colombiana a Madrid, vía México, en 1999 cuando el país azteca era solo un centro de distribución y a cuentagotas iniciaba el negocio de distribuir drogas más duras en España.
En la actualidad, 26 años después, en España están presentes diversas células de los poderosos cárteles de la droga mundial porque desde aquí envían toda la mercancía hacia los mercados más consumidores de drogas europeos y alcanza para llegar hasta Asia.
Mientras que México, sus cárteles han dejado de ser solo distribuidores para convertirse en potentes productores y prácticamente van dominando el mercado latinoamericano y el de Estados Unidos.
Su punto de mira es ahora España, no solo por su situación estratégica tan cerca de África, primordialmente de Marruecos. También porque el presidente Trump libra una lucha abierta e intensa contra los cárteles de la droga en su país y eso está volviendo todavía más atractivo para los narcotraficantes reubicarse en España.
Ayer, la Policía Nacional, desarticuló una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación que operaba en España y ya tenía presencia en veinte ciudades españolas. La droga la pasaban camuflada en el interior de maquinaria industrial de gran tonelaje.
Han sido detenidas una veintena de personas algunas con órdenes de detención de la DEA desde hace varios años; no todos los detenidos son mexicanos, hay también italianos de la Camorra y un español que facilitaba el negocio.
El parte que envió la Policía Nacional a los medios de comunicación indica que fueron incautados: “1 mil 870 kilos de cocaína; 375 kilos de anfetaminas; 275 mil euros en efectivo; criptomonedas por valor de 15.000 USDT; además, 3 armas cortas de fuego; 15 vehículos y 14 kilos de plata”.
Esta Operación Oyamel llevaba varios meses desarrollándose por parte de los agentes especializados. Aquí en España, este último mes ha sido de grandes operaciones en las que se están deteniendo a capos peligrosos.
Este pasado martes, detuvieron al Pipo, líder de la peligrosa banda ecuatoriana Los Lobos y, la semana pasada, aprehendieron al hermano del líder del Tren de Aragua este cártel venezolano está señalado por su ferocidad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, libra una guerra frenética contra el Tren de Aragua e intenta desmembrar al cártel en sus operaciones al interior de la Unión Americana.
Sí se ve con inquietud lo que acontece con el tema de la droga en España un país de sobra conocido por ser un consumidor de drogas blandas y duras. Es de lo más normal escuchar a la gente que va a echarse un porrito. Hay un problema con el consumo pero intranquiliza saber que los temidos cárteles de la droga latinoamericanos ya tienen presencia en España.
Esos mismos que ajustician en México, que tienen copado al Estado, controlados y amenazados a ediles y otros políticos. Esos mismos que extorsionan a la gente en sus negocios; que secuestran y matan sin piedad sembrando el terror social. Esos mismos que sobornan a la Policía y al Ejército y los corrompen.
Creo que ni España, ni el resto de Europa, logran todavía visualizar el monstruo cuyos tentáculos van reubicándose tras cruzar el charco. Misma situación acontece en Bélgica, en Holanda, en Alemania y en Italia… ese cáncer está anidándose entre los europeos.





